miércoles, 20 de diciembre de 2017

Reflexión para la Tercera Semana de Adviento

Esta semana en lugar de la acostumbrada reflexión bíblica quiero compartir un artículo (en dos partes) que escribí hace unos años sobre las famosas antífonas "O" de los últimos días de Adviento. En su vez éstas son la base del himno "Oh Ven Emanuel".

Lo que hace que estas antífonas sean tan relevantes es su profundidad bíblica en forma compacta, pues claman al Señor, cada una llamándole por uno de los títulos mesiánicos encontrados entre las profecías del Antiguo Testamento. Sirven tanto para la meditación privada como para el culto público de los cristianos.


Que Dios les bendiga a todos durante lo que nos queda del Adviento para podamos celebrar debidamente el Nacimiento de Nuestro Señor.

Las Lecturas para el Tercer Domingo de Adviento (2017) son Isaías 61:1-4,8-11; Salmo 126 (o el Cántico de María); 1 Tesalonicenses 5:16-24; San Juan 1:6-8,19-28. 



viernes, 15 de diciembre de 2017

María con Cristo para el Adviento y la Navidad

El Adviento y la Navidad son momentos en que hasta la gente menos mariana habla de la Virgen María. Es algo natural, pues María es integral a los hechos e imposible es evitar el vínculo entre ella y el Señor Jesús a la hora de contar la historia del nacimiento de Cristo. Diría yo que también es un momento cuando se puede ver la Virgen desde la mejor perspectiva, como mujer fiel, creyente y unida a Cristo.  (La Crucifixión es otro momento así.)

¿Cuántos sermones se podrían predicar sobre la Madre del Señor, la Madre de Dios Encarnado, viendo en ella el ejemplo supremo de devoción y fidelidad a Cristo? Por eso he predicado varias veces y he dirigido retiros hablando de las maravillas de la Virgen María y seguiré haciéndolo , pues me encanta hablar de María—pero siempre en relación a Cristo, nunca sola.

También me interesa el tema de María en el arte.  Desde pequeño me han fascinado las imágenes de la Virgen. ¡Qué gusto cuando por fin pude estudiarlas en los museos e iglesias de Europa! Pero descubrí que no todas las figuras de María tenían el mismo efecto que la de mi infancia que cantaba “Noche de paz”. La verdad es que no me gustaban mucho las imágenes de la Virgen en que aparecía sin el Niño Jesús. Se veían extrañas porque no mostraban su verdadera gloria.  Casi daban a entender que María tenía una grandeza independiente; fue algo muy raro para mí, algo fuera de equilibrio. Era como que no mostraban la verdadera María, la María, llena de la gracia de Dios, que cantó al Señor: Desde ahora todas las generaciones me llamarán dichosa, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí y su Nombre es Santo. (Lucas 1:48,49)

La grandeza y la gloria de María son dones del Señor, son la gracia sobreabundante que Dios imparte a los que creen en su misericordia, y reflejan la grandeza y la gloria de Cristo, al igual que la luna, cuya hermosura es la reflexión del sol radiante. Sin el sol, la luna no alumbra. María sin Jesús no es la misma que nuestra fe conoce. La imagen de María más semejante a la verdad es la de la Virgen gloriosa, iluminada por la luz de Cristo su hijo, cual sol del alma.
Si le gustan las reflexiones y artículos de "El Cura de Dos Mundos", hágase seguidor del blog. 

martes, 12 de diciembre de 2017

Reflexión Bíblica para la Segunda Semana de Adviento (2017)

Consuelen, consuelen a mi pueblo, dice su Dios…Como pastor que apacienta el rebaño, su brazo lo reúne, toma en brazos los corderos y hace recostar a las madres. (Isaías 40:1,11)
Principio de las Buenas Nuevas de Jesús el Mesías, el Hijo de Dios. (S. Marcos 1:1)
El mensaje del Adviento siempre es buena noticia: Dios nos manda a anunciar que el Señor viene a reinar, es decir que viene para consolar a su pueblo y a apacentar su rebaño. Lo hará como el pastor que tiende a sus corderos, defendiéndolos de sus enemigos y trayéndoles justicia y paz.  Por eso, se leen las profecías de Isaías  durante esta época. Cada año al prepararnos para la Navidad escuchamos estas promesas de Dios que siempre se cumplen, pues Se seca la hierba, marchita la flor, pero la Palabra de nuestro Dios se cumple siempre (Is. 1:8).  
El evangelista Marcos, en las palabras de Isaías y de Juan el Bautista, anuncia la llegada de aquel que vino y vendrá a cumplir las promesas: Jesús el Mesías, el Cristo, el Hijo de Dios que nos bautizará con el Espíritu Santo y que nos hará dignos de participar en su reino.
Durante lo que queda del Adviento compartamos este anuncio esperanzador del profeta y consolemos al pueblo de nuestro Dios, diciendo: ¡El Señor viene a reinar! ¡Ven Señor Jesús!
Las lecturas para el Segundo Domingo de Adviento (2017) son Isaías 40:1-11; Salmo 85:1-2,8-13; 2 Peter 3:8-15a; San Marcos 1:1-8. 

martes, 5 de diciembre de 2017

Reflexión Bíblica para la Primera Semana de Adviento (2017)

Oh Dios de los Ejércitos, restáuranos; * haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos. (Salmo 80:3)

Ya empezó el  Adviento y ya comenzamos otro año litúrgico. Muchos ya prendimos la primera vela de la corona para iniciar el conteo de los domingos hasta llegar a la Natividad de Cristo. 
Aunque según  mi criterio esta época es posiblemente la mejor del año cristiano, es una joya que fácilmente se pierde por las muchas distracciones de la Navidad anticipada que vivimos en nuestra sociedad comercial: el envío de tarjetas, la compra de regalos y la selección de la ropa para cada ocasión. No estoy en contra de las celebraciones navideñas, pero todas las actividades festivas, las responsabilidades sociales y otros compromisos parecen llenar los horarios y calendarios a tal punto que se nos olvida que se propone el Adviento como tiempo de preparación espiritual.  Es tiempo para orar, para leer la Biblia y para practicar el perdón y la caridad.  Es una época, similar a la Cuaresma, para examinar nuestras vidas,  para reflexionar sobre la venida de Jesucristo y para arrepentirnos de nuestros pecados, pues dice el Señor: Mirad, velad y orad...(S. Marcos 13:33) 
Las oraciones más antiguas asociadas con el Adviento piden al Señor que envíe al Espíritu Santo a nuestros corazones para purificarlos y prepararle allí un lugar santo para su habitación eterna.  Es así, con la ayuda de Dios, que podemos disfrutar el verdadero regalo de la Navidad: el nacimiento del Verbo Encarnado.
Las lecturas para el Primer Domingo de Adviento (2017) son Isaías 64:1-9; Salmo 80:1-7,16-18; 1 Corintios 1:3-9; San Marcos 13:24-37.
 Dios todopoderoso, danos gracia para despojarnos de las obras de las tinieblas y revestirnos con las armas de la luz, ahora en esta vida mortal, en la cual Jesucristo tu Hijo, con gran humildad, vino a visitarnos; a fin de que en el día postrero, cuando vuelva con majestad gloriosa a juzgar a vivos y muertos, resucitemos a la vida inmortal; mediante él, quien vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén. (Colecta para Adviento I, LOC 125) 

sábado, 2 de diciembre de 2017

La interpretación teológica

Detalle de "la Trinidad" de Rubelev
El tema de la interpretación bíblica siempre me da en qué pensar. Es algo a que he dedicado bastantes horas de lectura y reflexión. Leo materiales  sobre los métodos interpretativos y sus implicaciones filosóficas y pastorales. Por eso, me alegré cuando recibí mi ejemplar más reciente del periódico The Anglican Theological Review (Fall 2017). Esta edición contiene varios artículos sobre un grupo de intérpretes bíblicos que practican lo que se llama “interpretación teológica”.
Sé que muchos se preguntarán si puede existir alguna clase de interpretación bíblica que no sea teológica, pero en el campo interpretativo hay varios acercamientos a la interpretación, con mayor aceptación por lo que llaman “interpretación histórico-critica”. Ésta emplea las herramientas de los historiadores seglares para entender la Biblia—en la medida posible—como cualquier otro texto antiguo pero frecuentemente con la sospecha que sus autores nos quieren engañar. La práctica de la interpretación histórico-critica no reconoce a ningún lugar privilegiado para Biblia como un texto sagrado.  Sus defensores arguyen que sólo así se puede entender el mensaje de la Biblia en su sentido original.  
Algunos estudiosos fieles a la confesión cristiana (entre ellos una cantidad notable de anglicanos y episcopales) han cuestionado esta metodología y han insistido que la Iglesia legítimamente estudia la Biblia no solo como un texto antiguo sino como la Palabra de Dios escrita. Insisten que la Biblia en su totalidad tiene un mensaje que no se ve cuando sólo se contemplan sus respectivas partes.  Ellos buscan entender la Biblia como un texto sagrado desde la óptica de la fe y la comunidad cristiana. Desean leer la Biblia como un libro que nos habla de Dios y con la confianza que no nos engañará, pues la Biblia nos es cualquier libro.  Por eso  hablan de la “interpretación teológica”.
A pesar de los conflictos filosóficos que debaten los intérpretes, la verdad es que casi todos los que son serios estarán de acuerdo que ambas perspectivas y metodologías son importantes para el estudio y compresión adecuada de la Biblia si no queremos tratarla sólo como un fósil o como un espejo para nuestras propias ocurrencias.

   
      

martes, 28 de noviembre de 2017

Reflexión Bíblica para la Última Semana después de Pentecostés—Cristo Rey (2017)


"Christus Rex"
Cuando el Hijo del hombre venga, rodeado de esplendor y de todos sus ángeles, se sentará en su trono glorioso.  La gente de todas las naciones se reunirá delante de él, y él separará unos de otros, como el pastor separa las ovejas de las cabras. (San Mateo 25:31-32 DHH)
El evangelio para el último domingo después de Pentecostés refleja la tendencia antigua de leer textos sobre el juicio final durante las semanas antes del inicio del Adviento. (Antiguamente la temporada de preparación para la Navidad se extendía a seis semanas, no sólo a las cuatro de ahora.)
En este caso se trata del llamado “juicio de las naciones”. Es una escena que muchos reconocemos en que el Rey separa las ovejas de las cabras (Mateo 25:32) en base de su solidaridad con los más pequeños de los hermanos de Cristo (25:40,45). Se ha dado más de una interpretación de este pasaje. Una es que Cristo juzgará cómo todos hemos tratado a los pobres y más necesitados independiente de nuestra fe. Otra es que las naciones no creyentes serán juzgado en base de cómo tratasen a los creyentes que viven entre sus pueblos. Me imagino que hay todavía más interpretaciones, pero ésas dos son las más comunes.  
Fuera cual fuera la intención del evangelista, todos los intérpretes concuerdan en que Cristo juzgará al mundo como Rey tal como indica el Credo Niceno: De nuevo vendrá para juzgar a vivos y muertos. Afirmar esta verdad de fe debería inspirarnos a reflexionar y preguntarnos  a nosotros mismos si en verdad Cristo reina en nuestros corazones y en todos los rincones de nuestras vidas, pues es cosa fácil declarar que Jesucristo es Rey de reyes y Señor del universo, pero es otra dejar que el Cristo gobierne a todo nuestro ser con su amor.
Las lecturas para la Fiesta de Cristo Rey (2017) son Ezequiel 34:11-17,20-24; Salmo 95:1-7 (o Salmo 100); Efesios 1:15-23; San Mateo 25:31-46.    
Dios omnipotente y eterno, cuya voluntad es restaurar todas las cosas en tu muy amado Hijo, el Rey de reyes y Señor de señores: Concede, de tu piedad, que todos los pueblos de la tierra, divididos y esclavizados por el pecado, sean libertados y unificados bajo su reino de amor; quien vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

martes, 21 de noviembre de 2017

Reflexión Bíblica para la 23ª Semana después de Pentecostés (2017)


Al cabo de mucho tiempo regresó el Señor de aquellos criados y se puso a hacer cuentas con ellos. (S. Mateo 25:19) 
Debemos cuidar lo que Dios nos ha encargado.

Las parábolas de Cristo siempre dan qué pensar y la parábola de los talentos no es una excepción a la regla. Siendo una de las más largas, será una de las más importantes.  Me parece que es tan importante porque enseña que no somos los dueños de nuestras vidas sino sólo administradores.  

Muchas veces nos convencemos que todo es nuestro: nuestra habilidad, nuestros talentos y logros, nuestro trabajo y nuestra familia. Se puede entender, pues nos esforzamos, trabajamos y dedicamos recursos y tiempo para lograr ciertos propósitos.  Pero, al contrario, el Señor viene a decirnos que no es así, que todo pertenece a él. Nuestra capacidad de trabajar, nuestros logros y talentos, los trofeos de nuestra vida pertenecen a Dios, el verdadero Dueño de la creación. Él ha encomendado todo a nuestro cuidado, confiando en que podemos ser buenos administradores de sus bienes y volverá a pedir cuentas de lo que hayamos hecho con ellos.

La evaluación de los empleados al final de la parábola hace explícito que, lejos de ser un invento de hombres que quieren asustar y engañar, el aviso sobre juicio de nuestras vidas es parte esencial del evangelio de Cristo.

Las lecturas para el 23º Domingo después de Pentecostés (2017) son Sofonías 1:7,12-18 (o Jueces 4:1-7); Salmo 90:1-12 (o Salmo 123); 1 Tesalonicenses 5:1-11; San Mateo 25:14-30.  

     


martes, 14 de noviembre de 2017

Reflexión Bíblica para la 23ª Semana después de Pentecostés (2017)


Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del hombre ha de venir. (San Mateo 25:13)
Las lecturas de esta semana nos llaman a prestar nuestra atención a la verdadera sabiduría, la sabiduría que consiste en buscar a Cristo y en prepararnos para nuestro encuentro.
San Pablo anima a los tesalonicenses que se habían entristecido por causa de los fallecimientos de algunos miembros de su comunidad y que habían comenzado a cuestionar su fe.  Les recuerda que la promesa de Cristo es que ninguno de los suyos se perderá cuando regrese y que los muertos no recibirán menos gloria que los que todavía están en la tierra en ese momento.  Describe cómo  el Señor volverá  con fuerte clamor y la manifestación de su poderío (2 Tes. 4:16). Esto deberá motivarnos y consolarnos durante nuestros momentos de tristeza. 
Con la parábola de las 10 muchachas Cristo enseña que es necesario estar siempre listo para aquel momento—aunque tarde—en el cual veremos la llegada del Señor.  No debemos distraernos de la tarea de preparación, sino mantenernos despiertos y vigilantes, pues Cristo vendrá cuando menos lo esperamos (Mt. 25:13).
Las lecturas para el 23º Domingo después de Pentecostés (2017) son Sabiduría 6:12-16 (o Amós 5:18-25, o Josué 24:1-3a, 14-25); Sabiduría 6:17-20 (o Salmo 70, o Salmo 78:1-7); 1 Tesalonicenses 4:13-18; San Mateo 25:1-13.

martes, 7 de noviembre de 2017

Reflexión Bíblica para el Domingo de Todos los Santos y la 22ª Semana después de Pentecostés (2017)

Esta semana inició con el Domingo de Todos los Santos, una ocasión muy apta para la celebración del Santo Bautismo, y en la Iglesia Episcopal San Jorge bautizamos dos niños. El sermón tomó la forma de una reflexión sobre los deberes de los cristianos.
Expliqué que Dios está llamándonos a ser santos, pero no tanto como las figuras que vemos en las estatuas y los vitrales de las iglesias sino como hombres y mujeres de carne y hueso que reflejan el amor de Dios y los valores del reino celestiales con sus vidas. Estos valores se resumen en los compromisos del Pacto Bautismal del Libro de Oración Común (LOC 224-225).
 Somos llamados creer en Dios la Santísima Trinidad: ¿Crees en Dios Padre? ¿Crees en Jesucristo, el Hijo de Dios? ¿Crees en Dios el Espíritu Santo?
Somos llamados a compartir en la vida del Cuerpo de Cristo: ¿Continuarás en la enseñanza y comunión de los apóstoles, en la fracción del pan y en las oraciones?
Somos llamados a alejarnos del mal y al arrepentimiento: ¿Perseverarás en resistir al mal, y cuando caigas en pecado, te arrepentirás y te volverás al Señor?
Somos llamados a ser testigos del evangelio: ¿Proclamarás por medio de la palabra y el ejemplo las Buenas Nuevas de Dios en Cristo?
Somos llamado a amar al prójimo: ¿Buscarás  y servirás a Cristo en todas las personas, amado a tu prójimo a ti mismo?
Somos llamados a ser agentes de reconciliación: ¿Lucharás por la justicia y la paz entre todos los pueblos, y respetarás la dignidad de todo ser humano?
Estos compromisos bautismales ofrecen un modelo para los pecadores arrepentidos y los santos de carne y hueso.  Suenan sencillos, pero no son fáciles. De hecho, la respuesta al interrogatorio (Así lo haré con el auxilio de Dios) no expresa la autoconfianza de los candidatos sino deja ver que todos somos dependientes de la gracia de Dios.
Las lecturas para el Domingo de Todos los Santos (2017) son Sabiduría 3:1-9 o Isaías 25:6-9; Salmo 24; Apocalipsis 21:1-6ª; San Juan 11:32-44.  

miércoles, 1 de noviembre de 2017

La Festividad de Todos los Santos


Para la Festividad de Todos los Santos quiero compartir algunos de los artículos que he publicado anteriormente sobre el tema de esta celebración cristiana:


Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. (Hebreos 12:1)

jueves, 26 de octubre de 2017

Conmemorando los 500 años de la Reforma Protestante


Sobre el fin de semana participaré en una serie de eventos para conmemorar los 500 años de la Reforma Protestante. Para mí será un honor  representar la tradición anglicana entre un panel de líderes e historiadores de varias confesiones cristianas.
En preparación estoy leyendo una biografía sobre el Arzobispo Cranmer de feliz memoria, y además he tratado de reflexionar un poco sobre la relación entre los reformadores continentales y los de Inglaterra. Es un tema con mucha controversia innecesaria, pero vale la pena tocarlo en el contexto ecuménico de los eventos. No podemos ignorar la comunicación profunda entre los reformadores ingleses y los del resto de Europa. Tampoco debemos olvidarnos de sus anhelos comunes.
Pensando en el legado de Cranmer que incluye la primera versión de los Artículos Religión, quiero compartir con los lectores algunas notas anteriores sobre los Artículos:


martes, 24 de octubre de 2017

Reflexión Bíblica para la Vigésima Semana después de Pentecostés (2017)

Entreguen al César lo que es del César y entreguen a Dios lo que es de Dios. (S. Mateo 22:21)
[Este domingo no prediqué el sermón porque nuestro obispo estuvo en San Jorge para bautismos y confirmaciones. Cumpliendo con su papel de pastor y maestro principal de la diócesis, el obispo Knisely habló sobre la trampa de la moneda. Esta reflexión es una adaptación de su mensaje.] 
Visita Pastoral a la Iglesia Episcopal San Jorge, Central Falls, RI
 Para entender la enseñanza de Cristo “Den al César lo que es de César y den a Dios lo que es Dios” tenemos que entender algo de tal moneda. Tenía dos caras: una con el rostro del emperador con el texto “Tiberio, hijo de un dios” y  otra que representaba la madre del emperador como una diosa victoriosa. Era una moneda a la imagen y semejanza de su creador. Fue creado por el imperio para pagar los impuestos del imperio. En su sabiduría Jesús no se oponía a pagar el tributo al César con la moneda de César, pues cada cosa es para su dueño. Por eso, San Pablo en su momento también enseñó que hay que pagar honor e impuestos a quienes se los deben (Romanos 13:7).
Pero ¿qué significa entonces dar a Dios lo que es de Dios? Encontramos la respuesta en lo que Dios hizo a su imagen,  es decir el ser humano. Según el relato de la Creación en Génesis (capítulos 1-2) el Señor creó al ser humano a su imagen y semejanza. Nuestra humanidad refleja algo de nuestro Creador.  Fuimos creados por él y para él. Nuestro principio y nuestro fin se encuentran en Dios, y por ende debemos entregar nuestra vida a Dios en honor al Señor como se entregaba la moneda del emperador para los impuestos del emperador. Si el César quiere que le devolvamos sus monedas, está bien, pero lo que Dios quiere es que le entreguemos nuestras vidas a él.
Las lecturas del Vigésimo Domingo después de Pentecostés (2017) son Isaías 45:1-7 (o Éxodo 33:12-33); Salmo 96 (o Salmo 99); 1 Tesalonicenses 1:1-10; San Mateo 22:15-22.    

martes, 17 de octubre de 2017

Reflexión Bíblica para la Decimonovena Semana después de Pentecostés (2017)


Regocíjense en el Señor. De nuevo les digo, regocíjense. (Filipenses 4:4)

El cuarto capítulo de la epístola a los Filipenses se puede resumir con una palabra—Actitud.

Iglesia Anglicana "San Pablo", Atenas, Grecia
(c) 2013 J. Lynch
 
Es obvio que el mandato a regocijarse no se trata de mantener un estado emocional en todo momento.  En otra carta el mismo apóstol reconoce que habrá momentos para alegrarse y momentos para llorar (Rom. 12:5) y ciertamente no niega que los fieles encontrarán problemas y dificultades. En lo que, sí, insiste es el cómo enfrentar estos problemas.  Debemos presentarlos al Señor (Fil. 4:6). Todo es cuestión de actitud. La lectura de Filipenses revela por lo menos tres áreas en que la actitud nos puede hacer una diferencia importante: Reconciliación, Generosidad y  Pensamiento.

Primero, San Pablo manda que Evodia y Síntique dejen de pelear y les exhorta reconciliarse como hermanas (4:2). Pide que se cambien de actitud y que se fijen menos en sus pleitos y más en la salvación de Cristo ha ofrecido a las dos.  Su actitud debería enfocarse en lo positivo que comparten más que en lo que les divide.

Segundo,  el apóstol también pide que los fieles sean conocidos por ser personas bondadosas, o como diría yo, generosas (4:5). La generosidad también es un asunto de actitud. Las personas generosas buscan cómo compartir con los demás y cómo mejorar las vidas de los que les rodean porque no están demasiado ocupadas consigo mismo. Dios no quiere que nos encojamos y nos enrollemos defensivamente para acaparar todo los recursos para nosotros mismos sino que compartamos lo mucho o poco que tengamos.

Tercero, nos exhorta a poner nuestra atención en las cosas que realmente valen la pena (4:8). Si llenamos el pensamiento con ideas chatarras o destructivas, llenaremos nuestra vida con lo que nos hace daño, pero si por el contrario con buena actitud buscamos siempre enfocarnos en aprender lo bueno, en las cosas positivas y en todo lo digno de honor, veremos cómo eliminamos mucho estrés y muchos problemas de nuestro entorno y seremos una luz para los demás. 

Tener buena actitud nos permite abrirnos a Dios para que él llene nuestra vida y nuestro hogar de paz y de muchas bendiciones: Y la paz de Dios, que supera todo lo que podemos pensar, cuidará sus corazones y sus pensamientos por medio de Cristo Jesús. (Filipenses 4:7)


Las lecturas para el Decimonoveno Domingo después de Pentecostés (2017) son  Isaías 25:1-9 (o Éxodo 32:1-14); Salmo 23 (o Salmo 106:1-6,19-23); Filipenses 4:1-9; San Mateo 22:1-14.

  


viernes, 13 de octubre de 2017

Cuestiones Litúrgicas: ¿En qué lugar debe el celebrante iniciar la Santa Eucaristía?


Esta semana alguien notó que al inicio de la Santa Eucaristía siempre oficio desde el altar y me preguntó por qué. Me alegró la pregunta porque quiso decir que todavía hay personas que se fijan en los detalles del ars celebrandi
Procesión en la Iglesia de  San Ignacio, Nueva York
circa 1888
 
En mi respuesta expliqué que mi práctica sólo refleja la tradicional usanza litúrgica de la Comunión Anglicana. En todas las ediciones del Libro de Oración Común anteriores a la versión del 1979 las rúbricas (las instrucciones que gobiernan cómo dirigir los oficios) instruyen al celebrante a ofrecer todas las oraciones previas a las lecturas delante del altar y con eso dan cierta continuidad a la práctica litúrgica de los siglos anteriores. Entre las novedades de la edición del 1979 vemos que ésta no indica el lugar para la primera parte de la celebración. Dada la historia del nuestra liturgia es una omisión curiosa. Según mi criterio, cuando no hay instrucción explícita en las rúbricas seguir los precedentes de la tradición es totalmente razonable, más aún cuando el diseño del templo sigue la forma tradicional. Y por eso, es lo que hago.

Gracias a los lectores que enviaron sus saludos desde Ecuador. ¡Que Dios bendiga su ministerio!

martes, 10 de octubre de 2017

Reflexión Bíblica para la Decimoctava Semana después de Pentecostés (2017)

Este domingo no prediqué sobre la Epístola a los Filipenses sino sobre la figura del viñedo que aparece en la lectura de Isaías y la porción del Evangelio. Ahora pienso que vale la pena reflexionar sobre este texto enfático:
Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por amor a él lo he perdido todo y lo tengo por basura, para ganar a Cristo (Filipenses 3:8).
San Pablo quiso definirse con la epístola a los Filipenses. Habla de sus raíces en un mensaje autobiográfico en el cual explica que él es “hebreo de hebreos” y en cuanto a la ley “celoso,” es decir un judío de sangre pura y de práctica escrupulosa. Incluso era fanático, pero cuando conoció a Jesucristo, su vida cambió totalmente. Pasó de ser orgulloso a causa de su propia justicia basada en su celo por la ley a fiarse sólo en Cristo su Señor y Redentor.
Comparado con la gracia de Dios en Cristo todos sus logros personales y su supuesta pureza religiosa eran “basura” o, literalmente, “m-----”. A veces los traductores suavizan la fuerza de esta expresión para cuidar los buenos modales; sin embargo con vehemencia el apóstol quiere expresar su rechazo radical a cualquier pretensión de justicia propia. Vive sólo por Cristo y por su fe en él. Nada más le importa.
Para nosotros hoy también existe la tentación de proclamarnos justos, pensando que somos buenos por nuestra religiosidad, por nuestra herencia familiar o por algún otro motivo humano, pero la verdad es que nadie tiene por qué ufanarse. Cualquier motivo que tengamos en realidad, al igual que a los motivos de Pablo, será basura comparado con la excelencia de conocer a Cristo Jesús nuestro Señor.         
Las lecturas para el Decimoctavo Domingo después de Pentecostés (2017) son Isaías 5:1-7 (o Éxodo 20:1-4, 7-9, 12-20); Salmo 80:7-15 (o Salmo 19); Filipenses 3:4b-14; San Mateo 21:33-46.

martes, 3 de octubre de 2017

Reflexión Bíblica para la Decimoséptima Semana después de Pentecostés (2017)

Porque yo vivo, dice el Señor, ya no se usará este proverbio en Israel …(Ezequiel 18:3)
Púlpito de la iglesia "il Gesú" 

Los proverbios populares expresan la sabiduría colectiva de los pueblos. Los refranes latinoamericanos no son la excepción. Sin embargo, estos dichos no siempre ofrecen un mensaje de acuerdo a la Palabra de Dios. El profeta Ezequiel se enfrentó a los que usaban un dicho popular para acortar la esperanza de los jóvenes.  Decían que los hijos se castigaban por los pecados de los padres.  Dios mandó que dejaran de repetir este refrán porque cada ser humano rendirá cuentas por sus propios hechos.  La verdad es que lo que pensamos es un tema importante para el Señor.
No sólo encontramos el tema de la corrección a nuestra manera de pensar en el Antiguo Testamento.  En el Nuevo Testamento el apóstol Pablo insiste que nuestros pensamientos son importantes para Dios y llamó a los filipenses a pensar de la misma manera que pensó Cristo, quien a pesar de condición divina no la explotó sino que asumió la condición de esclavo y se humilló (Filipenses 2:6,7). Este pensamiento fue reflejado en su humilde y obediente manera de vivir, y si queremos vivir como Cristo, debemos pensar como él.  Imitando su manera de pensar imitaremos su manera de vivir.
Las lecturas para el Decimoséptimo Domingo después Pentecostés (2017) son Ezequiel 18:1-4,25-32 (o Éxodo 17:1-7); Salmo 25:1-8 (o Salmo 78:1-4,12-17); Filipenses 2:1-13; San Mateo 21:23-32.

jueves, 28 de septiembre de 2017

Dos Imágenes de la Iglesia (Parte 2: un Hosptial)

La segunda imagen de Iglesia en que he reflexionado recientemente (vea Parte 1) es un hospital. Al igual que con la metáfora del ejército, la imagen del hospital tiene un trasfondo bíblico sin aparecer directamente en el texto sagrado.  Se basa en la sanación que el Señor promete a su pueblo en el Antiguo Testamento y en el ministerio que Cristo ejerció y encomendó a su Iglesia (ej. 2 Crónicas 7:14;  Jeremías 33:6; Óseas 6:1; S. Mateo 8:7; S. Lucas 10:9).

¿Cómo es la Iglesia parecida a un hospital?

En primer lugar es un sitio donde se practica la sanación. En la Iglesia hablamos principalmente de la sanación espiritual aunque también se experimenta la sanación física. Los enfermos espirituales buscamos refugio y alivio en Jesucristo.

Pero  si vamos un poco más adentro de la imagen, los hospitales siempre tienen una organización y una estructura para poder atender las necesidades de la gente: Hay médicos generales, especialistas y cirujanos, y hay enfermeros de todo tipo. Cada quien hace lo suyo para restablecer la salud de los pacientes. (Nadie quiere ser atendido en un hospital sin enfermos.)

Para atender a sus “pacientes” espirituales la Iglesia necesita pastores generales, pastores especialistas, diáconos y otros servidores que atienden directamente al pueblo de Dios y dirigen a los recién ingresados hacia el especialista que requieren para su mejoría. Necesitamos a todos, pues una Iglesia de sólo obispos y sacerdotes, o sólo de maestros, teólogos y biblistas quedará corta en su poder servir a la comunidad. Una Iglesia sin estos especialistas puede olvidar su razón de existir.

Por eso San Pablo dice: Dios ha querido que en la Iglesia haya en primer lugar apóstoles, en segundo lugar profetas, en tercer lugar maestros, luego vienen los que han recibido el don de hacer milagros, después el don de sanaciones, el don de socorrer a los necesitados, el de gobierno, y el don de lenguas diversas (1 Corintios 12:28).

 Se me ocurre que una Iglesia sin el ministerio de diáconos sería como un hospital sin departamento de enfermería. ¡Da pavor solo pensarlo!


martes, 26 de septiembre de 2017

Reflexión Bíblica para la Decimosexta Semana después de Pentecostés (2017)


Ícono del profeta Jonás
Las lecturas de esta semana nos recuerdan que el Dios de Jesucristo es el Dios de la misericordia, es el Dios que nos da mucho más y mucho mejor que lo que merecemos. Es precisamente ése el punto de la segunda mitad del libro de Jonás (caps. 3-4) y  de la parábola del viñedo y los jornaleros (Mt. 20:1-16).  El Señor tiene compasión de su creación, incluso las vacas (Jonás 4:11), dándonos tiempo para el arrepentimiento, pero muchas veces nos cuesta entender este mensaje de perdón. Queremos que Dios tenga misericordia con nosotros porque nos creemos buenos y nos molestamos como Jonás cuando el Señor también perdona a los que creemos peores que nosotros, preguntándonos: ¿Por qué Dios se acuerda de esos? Sin embargo, los que servimos a Cristo tenemos que aprender que en el perdón de Dios no cabe lugar para nosotros condenar a nadie porque el Señor puede ser generoso con quien él quiera y porque los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros (Mt. 20:15,16).

 Las lecturas para la Decimosexta Semana después de Pentecostés son Jonás 3:10-4:11 (o Éxodo 16:2-15); Salmo 145:1-8 (o Salmo 105:1-6, 37-45); Filipenses 1:21-30; San Mateo 20:1-16.   

viernes, 22 de septiembre de 2017

Dos Imágenes de la Iglesia (Parte 1: el Ejército)

Existe una amplia variedad de imágenes y metáforas usadas para describir la Iglesia. Recientemente he pensado mucho en dos de ellas.
La primera es de la Iglesia como un ejército: Aunque algunos dirán que es muy violenta, es bíblica (por ej.: Deuteronomio 1:15; 2 Timoteo 2:3-4; Apocalipsis 19:19).  
Pienso que es una metáfora muy buena, pues un ejército está compuesto de muchísimas personas. Cada una deberá cumplir su parte para funcionar como un solo organismo y así lograr sus objetivos. Un ejército efectivo tiene un Comandante que envía a sus oficiales a dirigir la campaña contra el enemigo. Cada oficial a su vez trabaja con varios sargentos que supervisan y coordinan las actividades de los soldados.  Poco sirve un ejército con muchos oficiales, pero sin sargentos. Un ejército solo con soldados tampoco logrará ningún objetivo. Se necesita a todos—rangos superiores, rangos medios y rangos de base— porque todos tienen una función importante.  
Soldados del Ejército de Letonia en formación militar
Digo esto porque la Iglesia necesita el servicio de muchas personas, clérigos y laicos, cada uno diferente, para cumplir la misión que Cristo le dio. Realmente el pueblo de Dios requiere organización y tiene que delegar las responsabilidades misioneras a cada miembro si quiere lograr el objetivo de evangelizar al mundo. A una iglesia sin obispos y presbíteros le faltará dirección como un ejército sin oficiales que planifican y dirigen la campaña.  Y una iglesia llena de sacerdotes, pero sin laicos, no hará nada aunque tenga los planes más grandiosos. No es por nada que Dios mandó que Moisés nombrara “capitanes sobre miles, capitanes de cien, capitanes de cincuenta y capitanes de diez.” Entendió que cada quien tiene dones distintos y algo que contribuir.  Por eso, me extraña que tantas congregaciones viven sin diáconos y líderes laicos bien formados. Se parecen a un ejército sin sargentos, o como diría Moisés, a un ejército sin nadie entre los capitanes de mil y los capitanes de diez.
(Parte 2 próximamente…)     

martes, 19 de septiembre de 2017

Reflexión Bíblica para la Decimoquinta Semana después de Pentecostés (2017)

¿Cuántas veces mi hermano me ofenderá y yo lo perdonaré? ¿Hasta sietes veces?
--No, setenta veces siete. (San Mateo 18:21,22)

En la medida que leemos los evangelios vamos descubriendo con Pedro qué es lo que el Señor requiere de nosotros, pues éste nos modela algo de la experiencia del discípulo cristiano en crecimiento con sus altas y bajas.  El evangelio de esta semana muestra que el apóstol ya había entendido la necesidad de perdonar al hermano.  Sin embargo, parece que quizá quería explorar los límites de esta obligación.  ¿Será que debo perdonarlo siete veces?  Los lectores más perspicaces se acordarán que en la Biblia normalmente el número siete representa la plenitud.  Pedro pregunta si debe perdonar al hermano sin reservas. Con su repuesta—No, setenta veces siete—Jesús quiere ser enfático que el cristiano sí debe perdonar totalmente y de corazón.  Ésta es la manera en que Dios nos ha tratado,  perdonándonos totalmente y sin reservas. Somos llamados a compartir este perdón y la gracia que Dios nos ha concedido en Cristo.  

Las Lecturas de la 15ª Semana después de Pentecostés son Génesis 50: 15-21 (o Éxodo 14: 19-31); Salmo 103:8-13 (o Salmo 114); Romanos 14:1-12; San Mateo 18: 21-35.

        



martes, 12 de septiembre de 2017

Reflexión Bíblica para la Decimocuarta Semana después de Pentecostés (2017)


Yo el Señor lo afirmo—No deseo la muerte del pecador sino que se convierta y viva. (Ezequiel 33:11)
El Dios de la Biblia, y por ende, el Dios de los cristianos no es un monstruo que desea la destrucción del ser humano (Ezeq. 33:11). Es el Creador que hizo al hombre a su imagen y semejanza, y que quiere que viva en plena comunión con él. Este Dios en su amor tomó la iniciativa y envió a su hijo Jesucristo para reconciliarnos con él, perdonándonos nuestros pecados.  El mismo Señor espera que al recibir el perdón de Dios también lo compartamos con nuestros hermanos.  En eso consiste la deuda que nos debemos unos a otros (Rom.13:8).  Cristo pide que tomemos la iniciativa para buscar reconciliarnos con los que nos han ofendido (Mt. 18:15ss). Imitando así el ejemplo de Cristo nos servirá de medio para el crecimiento espiritual.

Las lecturas para el Decimocuarto Domingo después de Pentecostés (2017) son Ezequiel 33:7-11 (o Éxodo 12:1-14); Salmo 119:33-40 (o Salmo 149); Romanos 13:8-14; San Mateo 18:15-20.  

jueves, 7 de septiembre de 2017

¡Feliz Cumpleaños a la Virgen María!

¡Feliz Cumpleaños a la Virgen María!
Natividad de la Virgen, Pietro Lorenzetti 
Siena, Italia,  ca. 1340


El 08 de septiembre observamos la Natividad de la Virgen María. Es una fecha bien establecida en las varias ediciones del Libro de Oración Común de la Iglesia de Inglaterra y en los textos respectivos de las iglesias de la Comunión Anglicana.  Para felicitar a la  Madre del Señor ofrezco una traducción de los propios usados en la celebración de la Santa Comunión de la Iglesia de Irlanda:
 
Colecta del Día:
Dios Omnipotente, que miraste a la humildad de la Bienaventurada Virgen María y la elegiste para ser la madre de tu Hijo unigénito: Concede que los que hemos sido redimidos por su sangre compartamos con ella la gloria de tu reino eterno, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


Lecturas: Isaías 61:10-11; Salmo 45:10-17; Gálatas 4:4-7; San Lucas 1:46-55

Oración Pos-Comunión:
Omnipotente y sempiterno Dios, que te dignaste elevar a la humanidad caída a través de la maternidad de la Bendita Virgen María: Concede que los que hemos visto tu gloria revelada en nuestra naturaleza humana y tu amor hecho perfecto en nuestra debilidad seamos renovados diariamente en tu imagen y conformados al modelo de tu Hijo, Jesucristo nuestro Señor. Amén.

(Adaptado de un post previamente publicado por "El Cura de Dos Mundos")

martes, 5 de septiembre de 2017

Reflexión Bíblica para la Decimotercera Semana después de Pentecostés (2017)


Las lecturas leídas este domingo nos recuerdan que la espiritualidad cristiana es sumamente práctica.  El Señor Jesucristo nos invita a seguirle pero no por un camino alejado de las necesidades del mundo. Nos invita a seguirle por el camino de la cruz.  El que quiere ser mi discípulo que se niegue a sí mismo, cargue su cruz y que me siga.  No es una invitación a la euforia permanente. Es un llamado a enfrentar las realidades de nuestra situación peregrina: el pecado, el mal y la injustica. El Apóstol Pablo expresa el mismo sentir en términos concretos, exhortándonos no sólo a orar por los demás sino también a hacer nuestras las necesidades de los demás. Más todavía, nos llama a buscar la paz y la armonía con todos, pues estamos llamados a servir y a dar a todos, incluso a los que nos han tratado mal. Es así que podemos vencer el mal con el bien.

Las lecturas para el 13º Domingo después de Pentecostés (2017) son Jeremías 15:15-21 (o Éxodo 3:1-15); Salmo 26:1-8 (o Salmo 106:1-6,23-26,45c); Romanos 12:9-21; San Mateo 16:21-28.  

jueves, 31 de agosto de 2017

El Libro de Isaías, versión Lego


Algunos estimados lectores de "El Cura de Dos Mundos" se acordarán del post que escribí en el cual expliqué por qué los Legos son una herramienta excelente para la formación cristiana. (Por los que no lo vieron,  se puede ver aquí.) Todavía mantengo esta tesis. 

Ahora parece que no soy el único que piensa así, pues hace poco descubrí que el catedrático de Antiguo Testamento de Oak Hill Theological College (un seminario anglicano en Londres) pidió a sus estudiantes resumir el libro del profeta Isaías en un video breve usando los Legos para crear todas las escenas.  ¡Les quedó muy bien!

Para leer más sobre el proyecto (en inglés), pueden ver el sitio del seminario aquí.

martes, 29 de agosto de 2017

Reflexión Bíblica para la 12ª Semana después de Pentecostés


No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. (Romanos 12:2)
San Pedro por Marco Zoppo, c. 1468

Transformarse por medio de la renovación del entendimiento suena como si fuera algo complicado. Por eso, la versión Dios Habla Hoy lo traduce con la paráfrasis “Cambia su manera de pensar para cambiar su manera de ser.” En todo caso el mensaje paulino nos apunta hacia una verdad enorme: Lo que pensamos en gran medida determina cómo vivimos. Si pienso que los vegetales son veneno, no los comeré. Si pienso que tener dinero es lo más importante, mis esfuerzos por conseguirlo serán desmedidos. Y si pienso que es emocionante aprender todo lo que se pueda, estudiaré con mucho empeño. Sencillamente, prestamos más atención y más esfuerzo a los temas que creemos que son más importantes.

Tomando en cuenta este principio, podemos percibir lo extraordinario de la confesión de Pedro en el evangelio. ¿Quién decís vosotros que soy yo? En otras palabras Jesús les pregunta “¿Qué piensan de mí?” Pedro confiesa lo que cree, confiesa que Jesús es el Hijo de Dios. Pedro pensó que seguir a Jesús era más importante que sus negocios y otros asuntos de su vida.  Igualmente lo que pensamos de Jesús gobernará qué lugar tiene en nuestra vida. Si creemos que Jesús es uno de los muchos sabios de la historia, a lo mejor le vamos a escuchar, mas no necesariamente le haremos mucho caso, pues este pensamiento no nos compromete a nada. Pero si creemos como Pedro y decimos Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente, las cosas son distintas, pues lo que pensamos y creemos nos compromete a seguirle y a obedecerle. El apóstol nos llama a la transformación del pensamiento para que podamos transformar nuestras vidas, dándole prioridad a Jesucristo.         

Las lecturas para el 12º Domingo después de Pentecostés (2017) son Isaías 51:1-6 (o Éxodo 1:8-2:10); Salmo 138 (o Salmo 124); Romanos 12:1-8; San Mateo 16:13-20.