lunes, 31 de julio de 2017

Reflexión Bíblica para la Octava Semana después de Pentecostés (2017)


¿A qué se puede comparar el reino de los cielos?
Los evangelios nos cuentan que el Señor Jesús siempre enseñaba en parábolas, breves historias y similitudes que presentaban sus ideas con imágenes verbales. Sus oyentes no siempre comprendían muy bien estas enseñanzas, aunque en esta selección de San Mateo los discípulos afirman su entendimiento (Mateo 13:51).
Para responder a nuestras preguntas acerca del Reino de los cielos,  Jesús explicó que el reino de Dios es como la levadura que hace crecer a toda la masa y como la semilla de mostaza que empieza pequeña y luego se convierte en un fuerte arbusto. Dijo que es como un tesoro escondido o una perla de gran precio que son tan valiosos, que quien los encuentra vende todo cuanto tiene para obtenerlos. También enseñó que es como una red de pescar que alegra a su dueño, trayéndole toda clase de pescado. 
Las parábolas nos invitan a preguntarnos sobre el valor que damos a la gracia de Dios. ¿Realmente valoramos lo que Dios hace y quiere hacer en nuestras vidas? ¿Qué pasos estamos dispuestos a dar para vivir como ciudadanos del reino? ¿O será que el reino de Dios sólo nos importa cuando nos sentimos débiles, cansados o excluidos? Como Salomón debemos rogar al Señor que nos dé sabiduría y verdadero entendimiento (1 Reyes 3:9). La palabra de Dios afirma que el Espíritu Santo nos ayudará en nuestra ignorancia y debilidad (Romanos 8:26).     
Las lecturas para el Octavo Domingo después de Pentecostés (2017) son 1 Reyes 3:5-12 (o Génesis 29:15-28); Salmo 119:129-136 (o Salmo 128); Romanos 8:26-39; San Mateo 13:31-33,44-52.   

jueves, 27 de julio de 2017

Cuestión litúrgica: Sobre el uso de la estola con la casulla


Casulla bordada
estilo gótico-moderno
Hoy voy a comentar sobre el uso de la estola con la casulla en las celebraciones eucarísticas.

Primero debo aclarar que soy partidario de usar el juego completo de las vestiduras eucarísticas. Este juego consiste del alba, amito, cíngulo, estola y manípulo con la casulla encima, pero hoy día son  pocos los clérigos que se visten todo el conjunto debido a las modas eclesiásticas tan variantes durante los últimos cuarenta o cincuenta años.  Más vemos que los presbíteros usan el alba con estola solamente y de vez en cuando uno encuentra algún clérigo que administra la Santa Comunión con la capa pluvial o en sobrepelliz con estola o bufanda negra. 
Esta variedad de usos está bien. Es muy anglicana.   
Lo que veo muy extraño es el uso de la casulla con una estola encima. Este acto pone mucho énfasis en la estola, algo que resulta curioso, pues las ediciones clásicas del Libro de Oración Común nunca hacen mención de la estola directamente. (Sólo refieren al alba, y la “vestimenta” que es la casulla y la capa pluvial con respecto a la Santa Comunión.) Eso quiere decir que tal usanza es para nada tradicional. La verdad es que se debe más a los productores de vestimentas modernas que quieren vender estolas que a la tradición de la Iglesia.
Además de no ser tradicional, llevar la estola sobre la casulla se ve raro porque la mayoría de las casullas fueron diseñadas con bordados intricados para verse bien sin nada más encima. Al colocar algo sobre la casulla se distorsiona la elegancia de esta prenda milenaria.
Vestimentas eucarísticas tradicionales



martes, 25 de julio de 2017

Reflexión Bíblica para la Séptima Semana después de Pentecostés (2017)


No sea que al arrancar la cizaña arranquéis con ella el trigo. (Mateo 13:29)
Trigo y Cizaña comparados 
Las parábolas del Señor Jesucristo contienen sus enseñanzas más importantes, aunque  a veces reflejan un método de enseñar que esconde a la vez que revela. En la parábola del trigo y la cizaña, Jesús explica cómo es que en el mundo encontramos el bien y el mal lado a lado: Dios creó un mundo lleno de bien pero el enemigo entró en el mundo para fomentar la rebeldía, como alguien que entra en un campo de trigo por la noche y siembra la cizaña.
Algo que a veces perdemos al leer esta lectura es que la cizaña y el trigo se parecen mucho.  Se parecen tanto y crecen tan cercanos que no se puede distinguirlos fácilmente y al querer arrancar la cizaña, se corre el riego de destruir el trigo. Por eso el dueño del campo manda que los siervos no la arranquen antes de tiempo, pues no quiere dañar la cosecha. 
La implicación de la parábola es que no nos corresponde a nosotros tratar de excluir a otros de la Iglesia de Dios, pues hasta el día de la cosecha no podemos distinguir los verdaderos “buenos” de los verdaderos “malos” y podemos hacer mucho daño tratando de purificar el campo por cuenta propia.
Las lecturas para el Séptimo Domingo después de Pentecostés (2017) son Sabiduría 12:13,16-19 (o Isaías 44:6-8), Salmo 86:11-17 (o Salmo 139:1-12,23-24); Romanos 8:12-25;  San Mateo 13:24-30,36-43.

domingo, 16 de julio de 2017

Reflexión Bíblica para la Sexta Semana después de Pentecostés (2017)


Ya no hay condenación alguna para los que están en Cristo Jesús. (Romanos 8:1)

Según el profeta Isaías la Palabra de Dios siempre es fecunda y  abundante en sus resultados, no regresa a su origen—el Padre—sin  producir vida. En la parábola del sembrador Cristo nos enseña que la genta reacciona de manera variada frente a la Palabra. Algunos escuchan pero pierden su entusiasmo muy pronto, otros crecen por una temporada y otros, como la tierra abonada, producen frutos espirituales en grandes cantidades.  ¿Y cuál es el mensaje de la Palabra? El mensaje es que Dios—el único con derecho de condenar— no nos condena sino que nos ama y nos perdona todos nuestros pecados. Nos llama a formar parte de su familia y nos invita compartir la vida eterna con él por medio de su Hijo Jesucristo.  Este mensaje es lo que llamamos el Evangelio, “la Buena Nueva” para todos los que creen.  




Las lecturas para el Sexto Domingo después de Pentecostés (2017) son Isaías 55:10-13 (o Génesis 25:19-34); Salmo 65 (o Salmo 119:105-112); Romanos 8:1-11; San Mateo 13:1-9,18-23.

viernes, 14 de julio de 2017

El trabajo de los curas


El bonete español
Hace poco un oficial diocesano me dijo que me deseaba la suerte de “volver al trabajo de un sacerdote”.  No es que haya dejado de trabajar como cura sino que el trabajo de curas  involucra más cosas que  la celebración eucarística dominical y la preparación de sermones.

En mi caso, superviso el mantenimiento de un edificio histórico, traduzco documentos, interpreto conversaciones oficiales,  coordino programas de comida para los necesitados, organizo programas de educación, negocio con autoridades del gobierno y trato de conocer cada vez más la comunidad que sirvo. La verdad es que la labor pastoral es de todos los días y requiere estar atento a muchas cosas dentro y fuera de la congregación.  

Para el sacerdote y sus colaboradores más comprometidos el templo se convierte en la base de misión, un cuartel general, de donde nos desplazamos al mundo para compartir  el amor de Cristo con el mundo que él redimió con su sangre.

martes, 11 de julio de 2017

Reflexión Bíblica para la Quinta Semana después de Pentecostés (2017)


A pesar de que las lecturas de esta semana no presentan un tema evidente que las vincula directamente, siempre podemos aprender de la Palabra de Dios.  La lectura de Zacarías anticipa y celebra la llegada del Rey Mesías a su pueblo que es un tema propio del Adviento y de la Semana Santa.  (Muchos también han percibido una relación entre las palabras del profeta y el saludo a María en la Anunciación en San Lucas 1:26.) El salmo describe la compasión y misericordia divinas frente al pecado del ser humano y la epístola nos recuerda que el pecado no queda sin consecuencias en la vida de los redimidos del Señor.  Así lo experimentó el Apóstol que confiesa lograr el mal cuando más quiere el bien pero que espera que Dios perfeccionará su obra en él.  En el mensaje del Evangelio, Jesús llama a todos los cansados, agobiados y cargados a encontrar la paz y el  descanso en él a través del “yugo” del discipulado.



Las lecturas para el Quinto Domingo después de Pentecostés (2017) son Zacarías 9:9-12 (o Génesis  24:34-38,42-49,58-67); Salmo 145:8-14 (o Salmo 45:10-17); Romanos 7:15-25ª; San Mateo 11:16-19,25-30.  
¡Un saludo especial para todos los participantes en el Episcopal Youth Event 2017!

miércoles, 5 de julio de 2017

Reflexión Bíblica para la Cuarta Semana después de Pentecostés (2017)


El pago del pecado es la muerte, pero el don de Dios es la vida eternal en unión con Cristo Jesús nuestro Señor. (Romanos 6:23) El que recibe al mí recibe al que me envió. (Mateo 10:40b)

Cuando toca a pagos y recompensas, todos nos alegramos por nuestro deseo de recibir algún premio; no obstante, no debemos alegrarnos tanto. Las Sagradas Escrituras son explícitas al contarnos que todos hemos pecado y hasta parecemos esclavos del pecado por entregarnos tanto a su servicio. El servicio del pecado sólo nos lleva a la muerte espiritual. Sin embargo, Dios nos ofrece la libertad del pecado por medio su Hijo y nos da lo que no podemos merecer por nuestra cuenta: Nos da la gracia para servir a la justicia y para alcanzar la vida eterna cuando recibimos el Señor Jesucristo en nuestra vida y nos entregamos a su servicio.
Iglesia y antigua basílica de San Pablo, Cipre (c)2011 J. Lynch


Las lecturas para el Cuarto Domingo después de Pentecostés (2017) son Jeremías 28:5-9 ó Génesis 22:1-14; Salmo 89:1-4,15-18 ó Salmo 13; Romanos 6:12-23; San Mateo 10:40-42.