miércoles, 30 de noviembre de 2016

Reflexión Bíblica—Primera Semana de Adviento


Reflexión Bíblica—Primera Semana de Adviento (27-11-16)
Por tanto, alístense, pues viene el Hijo del Hombre cuando menos lo esperan. (Mt. 23:44)
Esta semana la Iglesia comienza un nuevo año en calendario litúrgico con el Primer Domingo de Adviento. Adviento nos llama a enfocarnos cada vez más en Jesucristo, a prepararnos para su segunda venida y a alistarnos para la celebración de la Navidad. Las Sagradas Escrituras proclamadas durante esta semana nos instan a despertarnos y estar en alerta, pues no sabemos a qué hora viene de nuevo el Señor. Estamos llamados a la reflexión y al arrepentimiento para limpiar nuestros corazones con la gracia de Dios.  Es decir que una vez más el Señor nos invita a vivir como cristianos, como seguidores de Jesucristo, agradecidos por su amor.
Las Lecturas del Primer Domingo de Adviento fueron Isaías 2:1-5; Salmo 122; Romanos 13:11-14; San Mateo 23:36-44.

jueves, 24 de noviembre de 2016

¡Demos Gracias al Señor!

Hoy en los Estados Unidos celebramos el Día de Acción de Gracias, la fiesta mayor de la religión cívica del país. Aunque el país no sea de ninguna iglesia o religión oficial, profesamos nuestra fe y nuestro agradecimiento al Dios del universo, pues nuestro lema oficial es "En Dios confiamos".  Y en varios momentos los líderes nacionales han llamado el pueblo a la oración y al agradecimiento al Creador.

La Iglesia Episcopal desde sus inicios en el país ha respondido al llamado a dar gracias de Dios por su bondad y su misericordia en nombre de sus co-ciudadanos. Lo hace con la siguiente oración:

Padre omnipotente y bondadoso, te damos gracias por los frutos de la tierra en su tiempo, y por la labor de quienes los cosechan: Haznos fieles mayordomos de tus dádivas abundantes, que recibimos para la satisfacción de nuestras necesidades y el alivio de los menesterosos, para gloria de tu Nombre; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.   

Happy Thanksgiving! ¡Feliz Día de Acción de Gracias!

martes, 22 de noviembre de 2016

Reflexión Bíblica--Domingo Cristo Rey (20-11-16)


Christus Rex--Cristo Rey
El Último Domingo después de Pentecostés se celebra como la fiesta de Cristo Rey. Nos sirve de buen recordatorio que Jesucristo es el Rey de reyes, el Señor de señores y la Cabeza de la Iglesia. Nos proporciona el momento para reflexionar sobre la medida en que Cristo ejerce su gobierno, su reinado, en la nuestras vidas.  ¿Será cierto que Cristo es rey de nuestras vidas? ¿En verdad gobierna el Señor en nuestros hogares, en nuestros trabajos y en nuestras iglesias? Vale la pena pensarlo, pues si Jesucristo no es Dios de todo, en efecto resulta ser Dios de nada.  Oremos para que Cristo reine en nuestros corazones y los de toda la humanidad.

Dios omnipotente y eterno, cuya voluntad es restaurar todas las cosas en tu muy amado Hijo, el Rey de reyes y Señor de señores: Concede, de tu piedad, que todos los pueblos de la tierra, divididos y esclavizados por el pecado, sean libertados y unificados bajo su reino de amor; quien vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

 Las lecturas fueron Jeremías 23:1-6; Cántico de Zacarías (Lucas 1:58-69); Colosenses 1:11-20; San Lucas 23:33-43.

martes, 15 de noviembre de 2016

Reflexión bíblica para el 26º después de Pentecostés (13-11-16)


Las Sagradas Escrituras nos ofrecen dos visiones del mundo: Una es del mundo futuro perfeccionado por la justicia divina con la gracia de Dios; es un mundo libre de violencia, hambre, y malos entendidos.  El león y el cordero se acostarán juntos…y un niño los guiará en el monte sagrado del Señor. La otra visión es del mundo que espera la intervención de Dios para poder llegar a ese monte sagrado. Habrá señales y portentos en el cielo.
La lección que debemos tomar es que el mundo de paz será un regalo de Dios, será el resultado de su poder y su justicia y no los del hombre. El Señor mismo construirá su monte sagrado. (Cualquiera construido por los seres humanos tendrá que llamarse el Segundo Babel y asimismo caerá.) Los cristianos somos pregoneros de la justicia de Dios. Proclamamos que la justicia divina vendrá y pondrá orden al universo.  Así damos esperanza a los débiles y a los marginados, pues tenemos la certeza que Dios siempre es fiel a su palabra y escuchará a los que confían en él.   
Las lecturas fueron Isaías 65:17-25; Primer Cántico de Isaías (Is. 12:2-6); 2 Tesalonicenses 3:6-13; San Lucas 21:5-19.

martes, 8 de noviembre de 2016

Tres criterios para la santidad

Este domingo celebramos el “Domingo de Todos los Santos” en la iglesia como el Libro de Oración Común permite en adición a la celebración del 01 de noviembre y (aparte de la llegada de los bomberos en medio de la misa) creo que todo salió muy bien. Hubo buena asistencia, la música fue buena y todo se enfocó en cómo Cristo nos llama a santidad, pues todos los cristianos somos llamados a ser santos.
En el sermón hice la pregunta ¿Cuáles son las condiciones para ser santos? Respondí que son tres los pasos a la santidad:
1)      Tenemos que amar a Dios por encima de todas las cosas porque Dios nos amó primero y nos ha concedido la gracia para responder a su amor.
2)      Tenemos que creer en Cristo, confiando en su mensaje y siendo resolutos en nuestra fe que el sacrificio de Cristo en la Cruz fue completo y suficiente para el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero.
3)      Tenemos que dejar que la gracia de Dios transforme nuestras vidas para dar los frutos del Espíritu Santo.

Algunos tendrán otros criterios para explicar la santidad con más detalles pero pienso que estos tres puntos ya son un buen comienzo.
"Santifíquense y sean santos, porque yo soy el SEÑOR su Dios."--Levítico 20:7 

martes, 1 de noviembre de 2016

El Ciclo de Todos los Santos


El ciclo de Todos los Santos nos puede enseñar mucho sobre nuestra unión con Cristo y nuestros hermanos en la fe, pero se necesita entender todas las partes para entender el ciclo entero.

Veámoslo parte por parte—

1.       Las Vísperas de Todos los Santos o Halloween (31 de octubre). Se trata de una celebración de diversiones y actividades con simbolismos cuyo significado prácticamente se olvida en la actualidad pero que refleja la victoria de Jesucristo sobre los poderes del mal y sobre la muerte.  Es una ocasión que ofrece muchas oportunidades evangelizadoras  a nuestras iglesias.

2.       El Día de Todos los Santos (01 de noviembre). Ésta es la festividad principal y celebra la victoria de Cristo manifestada en las vidas de los santos, los hombres y las mujeres transformados por la gracia de Dios. Podemos pensarlo como la “reunión familiar” de la familia de Dios, ocasión llena de la expectativa de la gloria de la resurrección que Cristo ha prometido a todos los que se han unido a él por fe en su Nombre.  Esta familia divina incluye los santos más conocidos como la Santísima Virgen, los Apóstoles y los Mártires de gran renombre. También incluye los santos de todos los tiempos que son desconocidos totalmente, pero no olvidados para Dios.

3.       El Día de los Fieles Difuntos o Día de los Muertos (02 de noviembre). Surgió como extensión del Día de Todos los Santos para recordarnos que por la Sangre de Cristo hay lugar en el reino de Dios para todos los creyentes arrepentidos, incluso los menos heroicos. Éstos tampoco son olvidados para Dios y para su Iglesia. Son miembros de la familia y los recordamos con agradecimiento al Señor.

    Lo que se debe entender por encima de todo es que la celebración de Todos los Santos es para expresar nuestro gozo y nuestra gratitud por ser hijos adoptivos del Padre y miembros del Cuerpo Místico de Jesucristo, que formamos todos los bautizados y que somos una sola familia unida por el amor y la gracia de Dios.

Dios todopoderoso tú has entrelazado a tus elegidos en una sola comunión y hermandad en el cuerpo místico de tu Hijo Cristo nuestro Señor: Danos gracia para que de tal modo sigamos a tus benditos santos en toda virtuosa y santa vida que alcancemos los gozos inefables que tú has preparado para los que te aman sinceramente; por Jesucristo nuestro Señor, que contigo y el Espíritu Santo vive y reina, un solo Dios, en gloria sempiterna. Amén.