jueves, 26 de abril de 2018

Educación teológica asequible para todos

Los que han leido “El Cura de Dos Mundos” por más tiempo sabrán que en más de una ocasión he escrito acerca de recursos para el estudio bíblico y teológico que están al alcance de todos. Es un tema que me interesa mucho tanto por mi experiencia entre líderes sin acceso directo a los programas de formación profesional como por mi papel actual de educador ministerial. Con toda franqueza creo que la Iglesia y sus insituciones tienen el deber de proveer recursos de formación y educación continua para sus actuales y futuros ministros. Por eso, siempre que tenga información sobre recursos y oportunidades, quiero compartirla con el lectorado.

Hoy comparto la información acerca de algunos cursos sobre la Biblia, el cristrianismo y el judaismo y el tema de los conflictos religiosos que la Universidad Harvard ofrece libremente a todos a través del sístema de EdX.

EdX es un comglomerato educativo fundado por Harvard, MIT y otras universidades prestigiosas al nivel mundial. Sus programas se imparten sin costo y sin requistos de estudios previos a alumnos de cualquier parte del mundo. (Claro, si desea una validación de estudios, se paga aproximadamente $50 por curso.)

Los cursos que recomiendo actualmente sólo están disponibles en inglés, pero varias materias del sistema EdX tienen subtitulos en español y supongo que cualquiera que habla algo del inglés puede aprovechar de estos cursos, pues se realicen sin limites de tiempo. Son los siguientes:
  1. Religious Literacy: Traditions and Scriptures [Alfabetización religiosa: Tradiciones y escrituras]
  2. Judaism through Its Scriptures [El judaismo a través de sus escrituras]
  3. Christianity through Its Scriptures [El cristianismo a través de sus escrituras]
  4. Religion, Conflict and Peace [Religión, conflicto y paz]

HarvardX también ofrece cursos sobre el islam, el hinduismo, el budismo y el siquismo entre otros. Las clases duran entre 4 y 8 semanas.

Todo quiere decir que cualquier persona que habla algo del inglés puede tomar clases de la famosa Universidad Harvard sin pagar un centavo. Y si usted no habla inglés, el sistema de EdX también contiene cursos sobre varios temas en español.

¡Sigan estudiando!

martes, 24 de abril de 2018

Reflexión Bíblica para la Cuarta Semana de Pascua (2018)

El Señor es mi Pastor, nada me faltará (Salmo 23:1)


Esta semana al escuchar el Salmo 23 y una sección de San Juan 10, recordamos que Cristo se presenta como un pastor que cuida y alimenta a su pueblo como a un rebaño de ovejas. Es una imagen muy querida por los fieles que desean y necesitan sentir el cuidado divino. Con esta enseñanza Jesús nos demuestra cómo nos protege y explica que entrega su vida a la muerte libremente en defensa de nosotros. Nos demuestra qué es el amor auténtico. Es el amor que nos lleva a la acción y el sacrificio por los que amamos. 





Según el apóstol San Juan, el amor verdadero debe reflejar esta característica del amor de Cristo, debe mostrarse en la entrega por los demás. Dice: Conocemos lo que es el amor porque Cristo dio su vida por nosotros; y así nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos (1 Juan 3:16). Un amor sólo de palabras y sentimientos carece de sentido. Hijitos míos, que nuestro amor no sea solamente de palabra sino que se demuestre con hechos (1 Juan 3:18). De esta manera el apóstol nos exhorta a vivir de la misma manera que el Señor Jesucristo.


Las Lecturas para el Cuarto Domingo de Pascua (2018) son Hechos 4:5-12; Salmo 23; 1 S. Juan 3:16-24; San Juan 10:11-18.

martes, 17 de abril de 2018

Reflexión Bíblica para la Tercera Semana de Pascua (2018)

Esta semana escuchamos otro episodio en que Jesús resucitado vista al grupo de discípulos. Aprovecha la ocasión para enfatizar dos puntos claves para entender la resurrección.

1. Primero, el Señor Jesús les pide comida para comprobar la corporalidad de la resurrección. La resurrección como evento es físico e histórico, no sólo “espiritual”. Por énfasis explica: Los fantasmas no tienen carne y huesos como ven que tengo (S. Lucas 24:39). Quiere que no haya duda sobre el hecho de que el hombre que veían resucitado delante de sus ojos era el mismo que habían conocido por años y que fue crucificado por las autoridades algunos días antes. ¡Jesús fue levantado de entre los muertos con carne, huesos y todo lo que pertenece a la integridad humana. 

2. Segundo, Jesús les concede a los discípulos la clave para interpretar su vida, muerte y resurrección. Esta clave es la re-lectura de la tradición bíblica del pueblo judío: Éstas fueron las palabras que les dije mientras estaba con ustedes, que todo lo escrito acerca de mí en la ley de Moisés, los profetas y los salmos tenía que cumplirse (S. Lucas 24:44). Si queremos comprender el misterio pascual, debemos volver a leer nuestras Biblias. Se podría agregar que nuestra Cristología, por tanto, debe tener profundas raíces en el terruño vetero-testamentario. 


Las Lecturas para el Tercer Domingo de Pascua (2018) son Hechos 3:12-19; Salmo 4; 1 Juan 3:1-7; San Lucas 24:36b-48.

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miércoles, 11 de abril de 2018

Cuestiones Litúrgicas: Los sermones durante los Oficios Diarios

Algunos lectores saben que soy director del Instituto Ecuménico de Ministerio Hispano que es una institución que instruye a líderes lacios de la Iglesia Episcopal y la Iglesia Evangélica Luterana para servir en varios aspectos del ministerio cristiano. Nuestros cursos incluyen enseñanza para oficiar en ausencia de un clérigo. Durante una conversación con una alumna surgió la pregunta: ¿En momento se predica el sermón durante los Oficios Diarios?

Aquí respondo—

En primer lugar, es necesario aclarar que en el caso de la Iglesia Episcopal, nunca es obligatorio predicar un sermón o leer una homilía u ofrecer una reflexión durante los Oficios Diarios. No pertenece a la integridad del oficio y, por tanto, siempre es un elemento opcional, sea quien sea el oficiante. Al menos que el oficiante laico sea también un predicador con licencia del obispo, no debería existir una expectativa que éste también predique aunque siempre se puede leer una homilía autorizada.

En los casos de querer incluir un sermón en la Oración Matutina o Vespertina, especialmente los domingos cuando hay buenos motivos para hacerlo, son tres opciones indicadas por las rúbricas del Libro de Oración Común: 1) después del Oficio, 2) después de las Lecturas; 3) después de las Colectas (Véase LOC 108-109).

Opción 1: Después del Oficio
No conozco a ninguna instancia actual en que se haya tomado esta opción. Sin embargo, durante la edad media y desde el siglo 16 hasta la primera mitad del siglo 20 fue una práctica muy común predicar los sermones después de los Oficios Diarios, especialmente cuando no se celebraba la Santa Comunión, pues ninguna provisión existía para predicar dentro de los estos oficios. De allí surge la costumbre de ofrecer oraciones extendidas o intercesiones llamadas “Bidding Prayers” (oraciones invitatorias) que terminan con el Padrenuestro. También se acompañaban con el canto de los salmos métricos, especialmente en tiempos cuando no se cantaban los himnos regularmente. Hoy en día pocos serán tentados a predicar después de finalizar el Oficio.
Opción 2: Después de las Lecturas
Lo atractivo de esta opción es que se conforma al patrón acostumbrado de los que asisten regularmente a la celebración de la Santa Eucaristía en que (con pocas excepciones) el sermón sigue a las lecciones de las Sagradas Escrituras. Se puede predicar un sermón después de la segunda lectura y su cántico (o después de la tercera lectura si hubiere).

Según mis criterios, no es la mejor opción porque interrumpe la lógica interna de los Oficios Diarios al aplicarles la lógica de otro tipo de culto. Por la lógica interna de la Oración Matutina o Vespertina se desarrolla un secuencia propia: preparación con los versículos bíblicos y/o la confesión de pecados, alabanza y contemplación de Dios con los salmos, la enseñanza divina de las lecturas y la respuesta a ellas con los cánticos seguida por su afirmación con uno de los credos y por fin la elevación de oración y petición al Señor con las colectas finales. Aunque hay similitudes con la lógica de la celebración eucarística, no es la misma, y prefiero no dar la impresión de que los Oficios Diarios sólo son una forma defectuosa de la misa porque no lo son.

Opción 3: Después de las Colectas
Ésta es la opción que más me convence. El permiso de predicar el sermón después de las Colectas se dio durante la época de la reina Victoria con la práctica de realizar oficios adicionales en las catedrales. Adaptaron la práctica de Opción 1 y la incluyeron en estos oficios adiciones. Tiene la ventaja de no interrumpir la estructura del oficio a la vez que le suma la predicación. La posibilidad de cantar himnos antes y después y de recoger una ofrenda hace que el sermón no sea como un adorno posterior al oficio sino una parte importante de la adoración del pueblo de Dios. Cuando la intención es leer una homilía escrita por el pastor del lugar en su ausencia o cuando se quiere leer una de las Homilías oficiales, esta opción evita sobrecargar a la gente con demasiado texto leído de una sola vez. 

Cualquiera la opción que se elija, es necesario pensar en los objetivos de cada evento y cada oficio para planificar adecuadamente y con anticipación. 

martes, 10 de abril de 2018

Reflexión Bíblica para la Segunda Semana de Pascua (2018)

Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y han palpados nuestras manos, es lo que les anunciamos: la palabra de vida. (1 Juan 1:1)

Durante las siete semanas de Pascua las lecturas llaman nuestra atención a tres temas grandes: las manifestaciones del Cristo resucitado, la vida eclesial de los primeros cristianos y el comportamiento de los creyentes en consecuencia de su fe en la resurrección.

Esta semana la manifestación del Señor resucitado realmente consiste de dos apariciones, una en la tarde del mismo día de la resurrección y la otra a los ochos días. Según la tradición reflejada en los libros atribuidos a San Juan, los apóstoles ahora recibieron el don del Espíritu Santo y su comisión de proclamar el perdón de los pecados. (Históricamente los anglicanos hemos localizado el inicio del ministerio sacerdotal en este momento más que en la Última Cena.) Cristo no sólo les dio el mandato, sino también la gracia para cumplirlo.

La primera carta de San Juan refleja algo similar aplicado a la vida cristiana. Según el apóstol, los creyentes estamos llamados a “permanecer en la luz” de Dios. Al dirigir nuestra vida en la fe Dios nos proveerá la comunión con él y con los demás. Este caminar en esta luz divina es posible porque la luz viene de Dios y no de nosotros mismos. Dios es quien ilumina a nuestras vidas. Además, porque nuestro caminar es imperfecto, Dios mismos nos proveerá un defensor (Cristo) y el perdón que nos limpiará de nuestras impurezas.

Los Hechos de los Apóstoles cuadra varias escenas en que podemos ver cómo los primero creyentes intentaron vivir en la luz de Cristo. La lectura breve del capítulo 4 demuestra su unidad y comunión tanto en lo material como lo espiritual.

Las lecturas para el Segundo Domingo de Pascua (2018) son Hechos 4:32-35; Salmo 133; 1 Juan 1:1-2:2; San Juan 20:19:31.

miércoles, 4 de abril de 2018

Reflexión Bíblica para la Semana de Pascua

¡Aleluya! ¡Cristo ha resucitado!
¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado! ¡Aleluya!

Espero que todos los lectores de "El Cura de Dos Mundos" hayan podido observar los grandes días de la Semana Santa con fervor y que hayan celebrado la Resurrección de Cristo con mucho gozo y alegría como lo hicimos en la Iglesia Episcopal San Jorge. Gracias a Dios y al esmero de muchas personas comprometidas tuvimos una excelente celebración pascual. 



Esta semana en lugar de la Reflexión Bíblica usual quiero compartir dos videos. Son mis sermones para la Gran Vigilia Pascua y para el Domingo de Pascua. (No me dijeron que los iban a grabar; sin embargo, estoy contento por poder compartirlos.) Al pulsar el título, aparecerá el video relacionado en otra ventana: 1. Domingo de Resurrección 2. Gran Vigilia Pascual.




Lecturas para el Domingo de Pascua 2018 (Principal)
Hechos 10:34-43; Salmo 118:12,14-24; 1 Corintios 15:1-11;
San Juan 20:1-18 o San Marcos 16:1-8