El Señor es mi Pastor, nada me faltará (Salmo 23:1)
Esta semana al escuchar el Salmo 23 y una sección de San Juan 10, recordamos que Cristo se presenta como un pastor que cuida y alimenta a su pueblo como a un rebaño de ovejas. Es una imagen muy querida por los fieles que desean y necesitan sentir el cuidado divino. Con esta enseñanza Jesús nos demuestra cómo nos protege y explica que entrega su vida a la muerte libremente en defensa de nosotros. Nos demuestra qué es el amor auténtico. Es el amor que nos lleva a la acción y el sacrificio por los que amamos.
Según el apóstol San Juan, el amor verdadero debe reflejar esta
característica del amor de Cristo, debe mostrarse en la entrega por
los demás. Dice: Conocemos lo que es el amor porque Cristo dio su
vida por nosotros; y así nosotros debemos dar la vida por nuestros
hermanos (1 Juan 3:16). Un amor
sólo de palabras y sentimientos carece de sentido. Hijitos
míos, que nuestro amor no sea solamente de palabra sino que se
demuestre con hechos (1
Juan 3:18).
De esta manera el apóstol nos exhorta a vivir de la misma manera que
el Señor Jesucristo.
Las Lecturas para
el Cuarto Domingo de Pascua (2018) son Hechos 4:5-12; Salmo 23; 1 S.
Juan 3:16-24; San Juan 10:11-18.
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