martes, 12 de septiembre de 2017

Reflexión Bíblica para la Decimocuarta Semana después de Pentecostés (2017)


Yo el Señor lo afirmo—No deseo la muerte del pecador sino que se convierta y viva. (Ezequiel 33:11)
El Dios de la Biblia, y por ende, el Dios de los cristianos no es un monstruo que desea la destrucción del ser humano (Ezeq. 33:11). Es el Creador que hizo al hombre a su imagen y semejanza, y que quiere que viva en plena comunión con él. Este Dios en su amor tomó la iniciativa y envió a su hijo Jesucristo para reconciliarnos con él, perdonándonos nuestros pecados.  El mismo Señor espera que al recibir el perdón de Dios también lo compartamos con nuestros hermanos.  En eso consiste la deuda que nos debemos unos a otros (Rom.13:8).  Cristo pide que tomemos la iniciativa para buscar reconciliarnos con los que nos han ofendido (Mt. 18:15ss). Imitando así el ejemplo de Cristo nos servirá de medio para el crecimiento espiritual.

Las lecturas para el Decimocuarto Domingo después de Pentecostés (2017) son Ezequiel 33:7-11 (o Éxodo 12:1-14); Salmo 119:33-40 (o Salmo 149); Romanos 13:8-14; San Mateo 18:15-20.  

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