sábado, 2 de diciembre de 2017

La interpretación teológica

Detalle de "la Trinidad" de Rubelev
El tema de la interpretación bíblica siempre me da en qué pensar. Es algo a que he dedicado bastantes horas de lectura y reflexión. Leo materiales  sobre los métodos interpretativos y sus implicaciones filosóficas y pastorales. Por eso, me alegré cuando recibí mi ejemplar más reciente del periódico The Anglican Theological Review (Fall 2017). Esta edición contiene varios artículos sobre un grupo de intérpretes bíblicos que practican lo que se llama “interpretación teológica”.
Sé que muchos se preguntarán si puede existir alguna clase de interpretación bíblica que no sea teológica, pero en el campo interpretativo hay varios acercamientos a la interpretación, con mayor aceptación por lo que llaman “interpretación histórico-critica”. Ésta emplea las herramientas de los historiadores seglares para entender la Biblia—en la medida posible—como cualquier otro texto antiguo pero frecuentemente con la sospecha que sus autores nos quieren engañar. La práctica de la interpretación histórico-critica no reconoce a ningún lugar privilegiado para Biblia como un texto sagrado.  Sus defensores arguyen que sólo así se puede entender el mensaje de la Biblia en su sentido original.  
Algunos estudiosos fieles a la confesión cristiana (entre ellos una cantidad notable de anglicanos y episcopales) han cuestionado esta metodología y han insistido que la Iglesia legítimamente estudia la Biblia no solo como un texto antiguo sino como la Palabra de Dios escrita. Insisten que la Biblia en su totalidad tiene un mensaje que no se ve cuando sólo se contemplan sus respectivas partes.  Ellos buscan entender la Biblia como un texto sagrado desde la óptica de la fe y la comunidad cristiana. Desean leer la Biblia como un libro que nos habla de Dios y con la confianza que no nos engañará, pues la Biblia nos es cualquier libro.  Por eso  hablan de la “interpretación teológica”.
A pesar de los conflictos filosóficos que debaten los intérpretes, la verdad es que casi todos los que son serios estarán de acuerdo que ambas perspectivas y metodologías son importantes para el estudio y compresión adecuada de la Biblia si no queremos tratarla sólo como un fósil o como un espejo para nuestras propias ocurrencias.

   
      

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