La Transfiguración por Rafael
Seis días después toma Jesús a Pedro, a Santiago y a Juan, y los
conduce a un monte alto, aparte, a ellos solos. Y se transfiguró delante de ellos, de forma que sus vestidos se volvieron tan
resplandecientes por su blancura, como ningún batanero en el mundo podría
blanquearlos. Entonces se les
aparecieron Elías y Moisés, que conversaban con Jesús. Tomando Pedro la palabra, dice a Jesús:
«¡Rabbí! ¡Qué bueno sería quedarnos aquí! Vamos a hacer tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para
Elías.» Es que no sabía qué decir,
porque estaban llenos de estupor. Se formó entonces una nube que los envolvió,
y de la nube salió una voz: «Este es mi Hijo amado; escuchadle.» De pronto, miraron a su alrededor y no vieron
a nadie, sino a Jesús solo con ellos. (San Marcos 9:2-8, Traducción de Serafín de
Ausejo)
OH Dios, que en el
monte revelaste ante escogidos testigos a tu unigénito Hijo maravillosamente
transfigurado, con vestiduras blancas y resplandecientes; Concede
misericordiosamente que, siendo libertados de las inquietudes de este mundo,
podamos contemplar al Rey en toda su hermosura, quien contigo, Oh Padre, y
contigo, Oh Espíritu Santo, es un solo Dios, que vive y reina, por los siglos
de los siglos. Amén.
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