Este
domingo hice algo radical—Prediqué sobre la doctrina de Elección y
Predestinación. No es un tema predilecto entre los anglicanos. Nadie la quiere
tocar porque tal predicación ha tendido a crear confusiones y provocar
discusiones infructíferas, totalmente lo opuesto a lo que la predicación debe hacer. Predicamos
para edificar a los miembros del pueblo de Dios.
El
problema con evitar hablar de la predestinación es que la Biblia nos habla de
ella y la iglesia anglicana, siguiendo el ejemplo de sus mejores maestros y
santos, ha confesado la verdad de la misma por querer ser fiel a las Sagradas
Escrituras. ¿Qué nos ha dicho?
El artículo
XVII De la predestinación y elección*, el más largo de los 39 Artículos,
enseña los siguientes puntos claves:
- La predestinación de los cristianos es el eterno propósito de Dios, realizada por su voluntad.
- La elección es un misterio; nosotros no podemos saber desde afuera con ciencia cierta quién se salvará y quién no.
- La salvación inicia, continúa y se lleva a cabo por el Espíritu Santo que nos imparte la gracia de Dios.
- Los que reciben la gracia de Dios responden con gratitud y buenas obras.
- La gracia de Dios y el don del Espíritu Santo dan consuelo y aumentan la fe de los creyentes, pero la ausencia de la gracia confirma el pecado en los no creyentes.
- Por ser la elección un misterio divino la Iglesia debe obedecer las instrucciones de la voluntad divina expresada en su Palabra; es decir que debe predicar el arrepentimiento y la fe en Jesucristo a todos los seres humanos para que se conviertan a él y se salven, pues todo el que invoque el nombre del Señor se salvará (Rom. 10:13).
Para mí
lo importante de la predestinación, tal como la enseñan San Pablo, San Agustín
y Santo Tomás de Aquino, es que enfatiza que no nos salvamos por nuestra propia
iniciativa, sino que nuestra salvación es un regalo, un don, no merecido por
nada que hayamos hecho. Es decir que la
salvación es el producto del amor divino hacia nosotros mostrado en la Cruz y
Resurrección de Jesucristo.
Por lo demás, sabemos que en todas las
cosas interviene Dios para bien de los que le aman; de aquellos que han sido
llamados según su designio. Pues a los que de antemano conoció, también los
predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que fuera él el primogénito
entre muchos hermanos; y a los que predestinó, a ésos también los justificó; a
los que justificó, a ésos también los glorificó. (Romanos 8:28-30)
*Libro
de Oración Común en español, página 765.
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