A diferencia de algunos grupos cristianos los anglicanos, aunque tengamos teólogos muy
eruditos y profundos, nunca hemos sido exclusivos en nuestros estudios teológicos.
Somos ávidos lectores de teólogos de
cualquier tradición cristiana que nos
permiten profundizar nuestro conocimiento de la Palabra de Dios. Aprovecho
para compartir algunos de los teólogos más influyentes y estudiados por los
anglicanos que no pertenecían a la Iglesia de Inglaterra durante sus vidas.
Los escritores sagrados
Con el entonces cardenal Ratzinger y
luego papa Benedicto XVI, los anglicanos podemos afirmar que los autores
bíblicos son nuestros teólogos principales. Moisés, Isaías, Mateo, Marcos, Lucas, Juan,
Pablo, y Santiago fueron grandes teólogos por comunicar lo que Dios se les
reveló . Los demás realmente sólo son comentaristas sobre su labor. Cada
clérigo anglicano se compromete estudiar y enseñar el contenido—es decir la
teología— de las Sagradas Escrituras. Para los episcopales tradicionales el resto de
la teología sólo vale si concuerda con la teología expresada en la página
sagrada.
Los santos padres de la iglesia
Así llamamos a los obispos y maestros de
la fe cristiana que escribían durante los primeros siglos de nuestra época. Se
esforzaron por comprender y sintetizar las enseñanzas del Evangelio y de la
Palabra de Dios de manera fiel y eficaz. Hablamos de Ambrosio, Agustín, Atanasio,
Basilio, Gregorio Magno, Jerónimo, Juan Crisóstomo y otros menos conocidos pero importantísimos
para entender el pensamiento cristiano.
Es fascinante ver cómo los anglicanos de antaño podían citar a los antiguos
padres en sus lenguas originales de memoria, hombres como el arzobispo Ussher
que prácticamente inventó la ciencia moderna de los estudios patrísticos.
Los escolásticos de la edad media
Los anglicanos no tenemos problemas con
estudiar la teología de la edad media; más bien hemos citado a sus escritos
para apoyar a nuestras posturas. Anselmo, Abelardo, Tomás de Aquino,
Buenaventura, y Lombardo han contribuido muchísimo a la teología anglicana. Incluso
los filósofos han hablado de una escuela del tomismo anglicano muy influyente
en el mundo de las ideas.
Los
reformadores protestantes
Con tanta apertura teológica no es sorprendente
que se usaran las obras de los reformadores europeos en las grandes
universidades de Oxford y Cambridge. Los anglicanos de los siglos XVI-XVII
estudiaron los libros de Lutero, Melanchthon Calvino y Beza al lado de sus
propios teólogos. Resolvieron controversias y crearon otras sin adoptar el sistema
personal de ninguno, siempre haciéndose la pregunta ¿concuerda con la Biblia? Por
eso se puede decir que los anglicanos aunque podemos apreciar a Lutero y a
Calvino, ni somos luteranos ni somos calvinistas.
La conclusión que podemos sacer es el
anglicanismo siempre ha tenido una gran apertura a cualquier teólogo que haya
buscado entender y dar a conocer bien el mensaje de las Sagradas Escrituras. En
este sentido refleja una actitud liberal y tolerante. Lo que nos ha permitido
tal actitud es su afirmación contundente de la suficiencia y supremacía de la
Palabra de Dios escrita en las Sagradas Escrituras:
Las Sagradas Escrituras contienen todas las cosas
necesarias para la salvación; de modo que cualquier cosa que no se lee en
ellas, ni con ellas se prueba, no debe exigirse de hombre alguno que la crea
como artículo de fe, ni debe ser tenida por requisito necesario para la
salvación. Por las Sagradas Escrituras entendemos aquellos libros canónicos del
Antiguo y Nuevo Testamento, de cuya autoridad nunca hubo duda alguna en la Iglesia. (Artículo VI.)
En el próximo post, hablaremos sobre los teólogos anglicanos mejor conocidos afuera que adentro de la Iglesia.
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