Tiziano, la Asunción, 1516-1518 |
Mañana, 15 de agosto, celebramos la Dormición* de la Virgen María y nos da
ocasión para hablar sobre ella. Los anglicanos amamos a la Madre de Jesucristo.
(El que quiera negarlo necesita estudiar más su teología y su historia.) El culto
anglicano lo comprueba de varias maneras:
En continuidad a la práctica de la Iglesia antigua entonamos el Cántico de
María, el Magnificat, todos los días en nuestra oración
vespertina; celebramos sus fiestas, tales como la Anunciación (25 de marzo y a
veces llamada “Día de nuestra Señora”), la Purificación de la Virgen (02 de febrero),
la Visitación (31 de mayo), la Natividad
de la Virgen (08 de septiembre), la Dormición de la Virgen (15 de agosto), la
Concepción de la Virgen (08 de diciembre); damos gracias a Dios por la obra de
gracia realizada con su vida; la proclamamos “bienaventurada,” “bendita entre
todas las mujeres,” “Virgen Pura,” “Madre de nuestro Señor” y “Madre de Dios;” hasta
pedimos al Señor que podamos compartir gloria con ella en el reino de Dios; y
nuestros himnos oficiales la llaman “excelsa,” “más alta que el querubín” y “más
bella que el serafín”.
Nada de lo mencionado viene de textos fuera de las ediciones estándares del
Libro de Oración Común o del Himnario; es decir que no son sólo exageraciones
de algunas personas mal informadas. No son excesos de unos cuantos grupos subversivos
de ritualistas. Son parte del anglicanismo que a la vez es católico y
reformado y que trata de mantener lo mejor de las más antiguas tradiciones cristianas .
En fin, los anglicanos celebramos y veneramos a la Santísima Virgen María
por ser fiel a la vocación que Dios le dio, por guardar la Palabra en su corazón y
en su seno y por alcanzar, por la Sangre de su Hijo, la corona de gloria que
san Pablo nos dice que espera para todo creyente que persevere en el amor de
Cristo.
*Uso la palabra Dormición (gr. Koimesis,
el dormir) por ser el título más antiguo para esta fiesta y el que menos excita
la controversia sobre la definición extra-bíblica de la Asunción. Las oraciones
antiguas hacen mención de la muerte física de la Virgen y su descanso en el Señor. Las Iglesias
Orientales también observan la festividad con el nombre de Dormición. El LOC
actual de la Iglesia Episcopal lo llama, “Santa María Virgen, Madre de Nuestra
Señor Jesucristo.”
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