lunes, 15 de junio de 2015

¿Qué dijo Hooker? o El mito de la banca de tres patas


¿Qué dijo Hooker? o El mito de la banca de tres patas

Suele decirse que el loable teólogo Richard Hooker (pronunicado Júquer) describió el fundamento de la teología anglicana como una banca con tres patas iguales y equilibradas: La Biblia, la Tradición y la Razón. Es una imagen supuestamente en contraste al binomio católico romano de Biblia y Tradición y el principio protestante de sola scriptura, de sola la Biblia.  

Desafortunadamente, nuestra banca es solo un mito, una leyenda teológica, que como toda leyenda crece y florece más y más cada vez que se cuenta.  Y cada vez que se cuenta se va más lejos de su origen y por consecuencia más lejos de la verdad.  El error patente  de esta construcción conceptual no es decir que nuestra teología se informe por las Escrituras, la tradición y la razón, sino  es plantear a la Biblia, a la tradición y a la razón como tres fuentes iguales e independientes. Hooker, “el hombre de buen juicio,” se asombraría por tal idea.

Hooker escribió De las leyes del gobierno eclesiástico para contradecir a los que abogaban por una Iglesia (según ellos) más reformada en la dirección de las congregaciones suizas que conocieron en el exilio de la reina María, especialmente sobre los temas del episcopado y de los ritos y costumbres eclesiásticos. Como todos los reformados de su época Hooker insistía en que las Sagradas Escrituras son la fuente principal y reguladora de la Iglesia y que la Iglesia y sus ministros no deben de enseñar ni hacer nada que contradiga a las mismas.  Si las tradiciones están en conflicto con lo que dicen las Escrituras, las Escrituras tienen prioridad. Si los sistemas filosóficos razonan de manera contraria a la revelación divina, como en el caso de la aparente eternidad del cosmos, gana la revelación que enseña la creación del universo por Dios. Pero había una serie de cosas no muy claras en el Nuevo Testamento: el vestuario del clero, el tipo de música en el culto, las estructuras organizacionales de la Iglesia en cada lugar. Había quienes que trataban de decir que si algo no estaba estipulado en la Biblia por detalles, no había de hacerse. Hooker no estaba de acuerdo. La Iglesia tiene autoridad—dentro de los límites de la Biblia—para autorizar y establecer sus ritos y costumbres y que debería seguir el buen ejemplo de las generaciones previas de cristianos cuando no había buen motivo de abandonar estas costumbres.  

Entonces éste es el contexto en que escribió Hooker.  Él mismo nos describe cuál era su método teológico que es el mismo de los anglicanos fieles a su tradición: Sea en cosa de un tipo u otro, a lo que la Escritura nos transmite claramente, a eso en primer lugar se debe fe y obediencia. Luego, la fe y obediencia se deben a lo que cualquiera puede concluir (de las Escrituras) por la fuerza de la razón (la lógica); después de esto, sigue la Iglesia, con lo que por su  autoridad eclesiástica piense y defina como verdadero o bueno, debería prevalecer sobre cualquier otro tipo de juicio inferior. (De las leyes del gobierno eclesiástico, Libro V, 8:2)

 Vemos en este texto de Hooker que la Biblia tiene preeminencia entre las fuentes de la teología. Nada y nadie es igual a ella por ser la Palabra de Dios escrita. Algunos aspectos de la fe cristiana vienen de la Biblia pero no encontramos su terminología en las Escrituras. Para Hooker , el mejor ejemplo de su método se ve con la doctrina de la Trinidad.  No hay en la Biblia ninguna explicación de esta doctrina.  Sin embargo con la evidencia de la revelación vemos que el Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espíritu Santo es Dios; mas no son tres dioses, sino un solo Dios; por tanto, Dios es Tres en Uno y Uno en Tres, la Santísima Trinidad.  La Iglesia estableció la doctrina con su autoridad eclesiástica (en múltiples ocasiones)  porque se deriva lógicamente del contenido bíblico.  

Mejor que repetir la leyenda de  la banca, quizás deberíamos enseñar el método teológico juqueriano paso a paso:

  1. Leer la Biblia.
  2. Aplicar la lógica.
  3. Aprender lo que la Iglesia ha dicho antes.
  4. Hacer síntesis sin contradecir 1,2 y 3.

No es un método perfecto porque lo realiza el ser humano que es imperfecto, sin embargo es un método más fiel a Hooker y más anglicano.

“Be it in matter of the one kind or of the other, what Scripture doth plainly deliver, to that the first place both of credit and obedience is due; the next whereunto is whatsoever any man can necessarily conclude by force of reason; after this the Church succeedeth that which the Church by her ecclesiastical authority shall probably think and define to be true or good, must in congruity of reason overrule all other inferior judgments whatsoever. “ (Of the Laws of Ecclesiastical Polity, Book V, 8:2)

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