lunes, 1 de junio de 2015

El himno triplemente anglicano: "Santo, Santo, Santo, Dios Omnipotente"


Rvdmo. Reginald Heber
Rvdo. John B. Dykes
Muchos habrán canto el himno “Santo, Santo, Santo, Dios Omnipotente” para el domingo recién pasado.  Es uno de los cantos más tradicionales entre evangélicos y protestantes de habla hispana.  Lo he encontrado en todo tipo de himnario: adventista, mormón, bautista, metodista y más allá.  Su alto valor se deriva de su carácter poético y de sus alusiones bíblicas.  Aunque algunos creen que es de Marcos Witt, en verdad es un himno doblemente, hasta triplemente, anglicano.


Rvdmo. Juan Bautista Cabrera 
¿Triplemente anglicano? Así es. Este himno es triplemente anglicano porque, en primer lugar, su autor fue  Reginald Heber, un prodigioso genio de las letras desde su infancia y obispo misionero a la India en los 1820s. Escribió un himno para cada domingo y día santo establecido en el Libro de Oración Común.  Sus himnos todavía se encuentran en casi todos los himnarios de habla inglesa sin importar de qué denominación.  “Santo, Santo, Santo, Dios Omnipotente” es el himno que escribió para el Domingo de la Trinidad. En segundo lugar, el texto castellano que todos conocemos es fruto de la obra de otro obispo anglicano dedicado a las bellas letras, Juan Bautista Cabrera.  Cabrera también produjo gran cantidad de cantos, escritos traducciones y poesías propias. Cabrera fue líder de la  “segunda reforma” española y primer obispo de la Iglesia Española Reformada y Episcopal. En tercer lugar, la tonada del himno,  que se llama “Nicea”, es obra del sacerdote anglicano y  famoso compositor inglés John Bacchus Dykes.  



¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! Señor Omnipotente,
Siempre el labio mío loores te dará; 
¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! te adoro reverente, 
Dios en tres Personas, bendita Trinidad.
 
¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! en numeroso coro, 
Santos escogidos te adoran sin cesar, 
De alegría llenos y sus coronas de oro 
Rinden ante el trono y el cristalino mar. 
  
¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! la inmensa muchedumbre, 
De ángeles que cumplen tu santa voluntad, 
Ante ti se postra bañada de tu lumbre, 
Ante ti que has sido, que eres y serás. 
  
¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! por más que estés velado, 
E imposible sea tu gloria contemplar; 
Santo tú eres solo y nada hay a tu lado, 
En poder perfecto, pureza y caridad. 
  
¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! la gloria de tu nombre, 
Vemos en tus obras en cielo, tierra y mar. 
¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! te adora todo hombre, 
Dios en tres Personas, bendita Trinidad.




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