miércoles, 13 de junio de 2018

Reflexión Bíblica para la 3a Semana después de Pentecostés (2018)

...pues decían que se había vuelto loco.(S. Marcos 3:21)

Siempre pensamos en Jesucristo como el modelo perfecto de la cordura, pero no todos los que lo conocieron pensaron igual: Algunos miembros de su familia temían que se había enloquecido. Es una experiencia para la cual los discípulos de Jesús debemos estar preparados. Nuestros familiares y amigos no siempre estarán contentos con nosotros cuando seguimos al Señor. Pueden surgir conflictos y discusiones no agradables. Hasta dirán que nos hemos vuelto locos o fanáticos. Si le hicieron esto a nuestro Maestro, no es de extrañar que nos pase lo mismo.

¿Pero por qué? La gente puede pensar que tenemos todo al revés o que nos hemos enloquecido porque cuando seguimos a Cristo, actuamos a partir de valores distintos que los valores de la sociedad general. Como cristianos, priorizamos la verdad, la vida y el servicio a los demás sobre la egolatría, el poder político y la conveniencia personal. Tenemos que prepararnos porque, tarde o temprano, habrá un choque de valores que desafiará la comodidad de nuestras relaciones y amistades. Algún familiar nos dirá loco o fanático y quizá ya no recibiremos tantas invitaciones a las fiestas de los amigos.

Nuestro consuelo es que la declaración de los que seguimos al Señor y que hacemos caso a su Palabra somos su “madre, hermano y hermana”. Nuestro consuelo es que somos la familia de Dios y que hay espacio para todos.

Las Lecturas para el 3er Domingo después de Pentecostés (2018) son 1 Samuel 8:4–11, (12–15), 16–20, (11:14–15); Salmo 138; 2 Corintios 4:13–5:1; San Marcos 3:20–35.

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