lunes, 14 de agosto de 2017

Reflexión Bíblica para la Décima Semana después de Pentecostés (2017)


Todos los que invoquen el Nombre del Señor alcanzarán la salvación (Romanos 10:13).

El relato que nos narra el Evangelio según San Mateo acerca de la ocasión cuando Jesús caminó sobre las aguas y calmó la tormenta ilustra muy bien nuestra condición como creyentes y seres humanos todavía imperfectos.  Con nuestra fe en el Señor podemos lograr cosas impresionantes como Pedro que por su fe en Jesús caminó sobre el agua. En estos momentos todo nos parece más o menos fácil hasta que nos tropezamos y descubrimos nuestros miedos de nuevo.  Comenzamos a hundirnos así como lo hizo Pedro y a dudar como el profeta Elías. 

Nuestro consuelo no será tanto que somos iguales al apóstol o el profeta, sino que el mismo que rescató a Pedro nos rescata y nos salva a nosotros también. El mismo que animó y consoló los discípulos nos consuela y nos anima a seguir en la vida cristiana. Nuestra confianza ni siquiera es que nuestra fe sea tan grande y tan fuerte, sino todo lo contrario. Nuestra confianza se basa en que todos los que invoquen el Nombre del Señor alcanzarán la salvación.
Amédée Varint, siglo XIX
Las Lecturas para el Décimo Domingo después de Pentecostés (2017) son 1 Reyes 19:9-18 (o Génesis 37:1-4,12-28); Salmo 85:8-13 (o Salmo 105:1-6,16-22,45b); Romanos 10:5-15; San Mateo 14:22-33.

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