lunes, 13 de febrero de 2017

Reflexión bíblica para la Sexta Semana después de Epifanía (Septuagésima)


“Ustedes han escuchado que se dijo…”
Al ponerse a enseñar a la gente, el Señor entendió nuestra necesidad humana de comenzar primero con lo más básico.  Comenzó con lo que la multitud ya conocía. Comenzó con la ley, con la Torá: “Ustedes han escuchado que se dijo…” No matarás….No cometerás adulterio….No jures en falso… Todos habían escuchado de estos mandamientos.  Realmente en estas enseñanzas  no había nada nuevo.  Siguiendo la manera de hablar del apóstol Pablo, podemos decir que Cristo comenzó con “la leche” de la doctrina moral. No escandalizó a nadie.
Pero de allí pronto pasó a la “carne” de su mensaje. “Pero yo les digo que…” Si te enojas con tu hermano, ya lo has asesinado...Si miras a una mujer con lujuria, ya cometiste el adulterio…Si juras por el cielo, o la tierra, si quiera por tu propia vida, ya entraste en pecado.  Para Jesús, la ley del amor requiere más que la ley de Moisés; y al leer el Sermón de la Montaña, debemos acordarnos que el mismo Señor luego convertiría el mandamiento de amar al prójimo como a sí mismo en “Ámense los unos a los otros como yo les he amado.” No hay mayor estándar que éste.


Las Lecturas para la Sexta Semana después de Epifanía son Eclesiástico 15:15-20; Salmo 119:1-8; 1 Corintios 3:1-9; San Mateo 5:21-37.

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