domingo, 8 de enero de 2017

Primer Domingo después de la Epifanía: El Bautismo del Señor

Primer Domingo después de la Epifanía: El Bautismo del Señor

Las lecturas para el Bautismo del Señor realzan lo importante que fue el bautismo para el ministerio de Cristo. Su actividad pública inició con el día de su bautismo, el día en que Juan y los otros testigos vieron cómo la promesa de Isaías se cumplió delante de sus ojos. Vieron que el Espíritu de Dios descendió y ungió a Jesús, el Siervo del Señor, como Mesías e Hijo amado. Jesucristo salió de las aguas del bautismo para proclamar el Reino de Dios y la conversión de los corazones.

De una manera muy parecida, aunque en menor escala, lo mismo pasa con nosotros (o debería pasar con nosotros) cuando somos bautizados. En el sacramento del Santo Bautismo, Dios Padre nos llama, Espíritu Santo nos nombra hijos de Dios por adopción y gracia y nos convertimos en miembros del Cuerpo de Cristo. Nuestro bautismo es un acto de la Santísima Trinidad. También en nuestro bautismo iniciamos nuestra misión y nuestro ministerio, haciendo el compromiso de servir a Dios en la proclamación de las Buenas Nuevas de Cristo y en el amor al prójimo. Por eso, en la Iglesia hablamos del ministerio de los bautizados. Todos los cristianos somos siervos de Dios llamados al servicio de los demás, a la reconciliación y a la proclamación del Reino divino.

Las lecturas para el 1er Domingo después de Epifanía son: Isaías 42:1-9; Salmo 29; Hechos 10:34-43; San Mateo 3:13-17.      

Padre celestial, que en el bautismo de Jesús en el Río Jordán, le proclamaste tu Hijo amado y le ungiste con el Espíritu Santo: Concede que todos los que son bautizados en su Nombre, guarden el pacto que han hecho, y valerosamente le confiesen como Señor y Salvador; quien contigo y el Espíritu Santo vive y reina, un solo Dios, en gloria eterna. Amén.




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