¡Feliz Undécimo
Día de Navidad!
Que Cristo vino para convertirnos en hijos de Dios es uno de los grandes
temas de Navidad. Según la enseñanza cristiana, Dios se hizo hombre en la
persona de Jesucristo para que de algún modo el hombre se hiciera divino. Aunque nos suene
extraño, así es la fe de la Iglesia. Como parte de la colecta para el Segundo
Domingo en Navidad, rogamos que el Señor nos permita “compartir la vida divina
de aquel que se humilló para compartir nuestra humanidad.” Además, una de las
lecturas asociadas con este día es capítulo 3 de la Primera Carta de Juan que prácticamente enseña lo
mismo—
Miren qué amor tan grande
nos ha mostrado el Padre: que nos llamamos hijos de Dios y realmente lo somos.
Por eso el mundo no nos reconoce, porque no lo reconoce a él. Queridos, ya
somos hijos de Dios, pero todavía no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos
que, cuando aparezca, seremos semejantes a él y lo veremos como él es. (1 Jn
3:1-2)
La estrella navideña de la Iglesia Morava (Antigua Iglesia protestante en común con los anglicanos) |
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