Ésta es la
tercera parte de la serie acerca del Sagrado Triduo de la Semana Santa.
Hablamos del Sábado Santo.

Sábado Santo. El primer oficio para el Sábado Santo es
un rito muy sencillo para usar por las horas de la mañana. Solamente propone
una liturgia de la palabra. Las lecturas cuentan del sepulcro de Cristo y su descenso al Hades, es decir al lugar de los muertos. En lugar de las intercesiones
normales de la misa, se reza el texto del himno “En medio de la vida estamos en
muerte” y todo termina con el Padrenuestro. Realmente es un oficio fúnebre para
el Señor para acordarnos que descansó en aquel sábado y que la gente lamentó su
muerte. Son muy pocos los lugares que observan el día con el este oficio.
La Gran
Vigilia Pascual. El segundo
oficio para el Sábado Santo es la Gran Vigilia Pascual. El LOC actual ha
restaurado el uso de una vigilia para esperar el anuncio de la Resurrección. Es
una liturgia complicada y extensa que no sufre muy bien las opciones de reducir
su contenido. (Siempre pienso en las Vigilias que organizaba para cientos de
personas en la catedral de la diócesis de Honduras. Siempre nos quedábamos
hasta la una o las dos de la mañana y compartíamos tamales y café.)
Básicamente la
vigilia se divide en dos partes.

Segunda parte.
El bautismo hace la
transición temática que es esencial a la vigilia, pues representa el morir y
resucitar con Cristo. Terminados los
bautismos, la segunda sección de la vigilia empieza, la misa pascual. Ahora se
encienden las velas del altar y se canta el aleluya y el Gloria in excelsis
y/u otros cánticos apropiados. También se tocan las campanas. La misa procede como normal con su respectivos
epístola y evangelio. El sermón se predica aquí o antes con los bautismos.
Sigue la Oración de los Fieles y el resto de la misa como en cualquier celebración
festiva. El Ritual para Ocasiones Especiales ofrece una bendición propia
para la temporada de Pascua.
Se permite
observar la Vigilia Pascual como un oficio del amanecer y algunas iglesias la
terminan con un rico desayuno y actividades infantiles.
Como ustedes saben, todos nosotros, al ser bautizados en Cristo Jesús, hemos sido sumergidos en su muerte. Por este bautismo en su muerte fuimos sepultados con Cristo, y así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la Gloria del Padre, así también nosotros empezamos una vida nueva. Una representación de su muerte nos injertó en él, pero compartiremos también su resurrección. (Romanos 6:3-5)
Deseo que todos pueden llegar a la Pascua de la Resurrección llenos del amor y la gracia de Dios.
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