No impongas las manos a nadie sin haberlo pensado bien
(1 Timoteo 5:22)
Los miércoles, viernes y sábado de la tercera semana de Adviento se llaman los "Días de témporas." Son días que la Iglesia aparta con el fin de orar por el ministerio ordenado en general y por los candidatos al diaconado y presbiteriado en particular.
En preparación a su ordenación los candidatos ordenandos habrán tomado éxamenes, habrán escrito informes y habrán aprobado otras tareas encomendadas a su responsabilidad. (Así se cumple lo que leemos en 1 Timoteo de no imponer las manos tan rápido a nadie sin antes pasar ciertas pruebas.) Para los ya ordenados es tiempo para acordarse de su propio camino al ministerio y para pedirle más a Dios por la gracia de continuar en su santo servicio.
Aprochevo esos Días de témoras para darle gracias a Dios por llamarme al sacerdocio, por poner personas en el camino que me animaban y me enseñaron la práctica del ministerio, por enviarme a las congregaciones en que he servido, y por darme una familia comprensiva y dedicada al amor del Señor.
Aprochevo esos Días de témoras para darle gracias a Dios por llamarme al sacerdocio, por poner personas en el camino que me animaban y me enseñaron la práctica del ministerio, por enviarme a las congregaciones en que he servido, y por darme una familia comprensiva y dedicada al amor del Señor.
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