Con el Cuarto Domingo de Adviento nos damos cuenta que ya casi viene la
Navidad. Sólo hasta ahora empiezo a
emocionarme porque el relato de la Anunciación (S. Lucas 1:26-38) para mí es
algo maravilloso. Me dice que ya nacerá el Niño Dios.
La Anunciación por Murillo, 1655 |
El evangelista da a los lectores todos los detalles que necesitamos para
entender cuán grande es el misterio de la salvación pero muy poco para visualizarlo.
Sólo nos dice cuándo fue, dónde fue, quiénes fueron y qué dijeron. (Diría yo que es
suficiente.) Pasó seis meses después de la aparición del ángel a Zacarías en el
templo durante de los días del rey Herodes. El lugar fue Nazaret. Gabriel habló con
la Virgen María y le dijo que Dios quiso que ella fuera madre de su Hijo. Éste se llamaría Jesús. Todo sería por obra de Dios. Ella
le dijo que sí. Así Dios entró directamente en nuestra historia humana para lorgar nuestra redención.
El mensaje del relato es que nada—incluso hacerse hombre— es imposible para
Dios.
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