martes, 8 de mayo de 2018

Reflexión Bíblica para la Sexta Semana de Pascua (Domingo de Rogativas) 2018

Ustedes no me escogieron a mí, sino que yo los he escogido a ustedes y les he encargado que vayan y den mucho fruto, y que ese fruto permanezca. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre. Esto, pues, es lo que les mando: Que se amen unos a otros.(S. Juan 15:16,17)

Cortesía: "Sten"
La palabra “rogativas” se trata de oración y en específico se trata de suplicar, o rogar, al Señor por las necesidades de la humanidad. Durante la eucaristía del Sexto Domingo de Pascua siempre escuchamos una u otra de las lecturas en que el Señor nos invita a pedir al Padre en su nombre, y de esta práctica surgió la tradición de cantar o recitar las letanías, con su refrán “Te rogamos, Señor”, en los días de esta semana.

Algo que podemos observar de la lectura de San Juan es cómo Jesús vincula la oración y el fruto de la vida cristiana con el mandamiento de amar. La implicación de sus palabras es que sin el amor no podemos orar debidamente, y si no oramos debidamente, no podemos producir ningún fruto duradero. Si amamos, oraremos bien y nuestras vidas producirán mucho fruto permanente en que Dios se complacerá.

Sin el amor que obedece y honra al Padre, estamos laborando sólo con nuestros talentos y habilidades naturales. Éstos producirán efectos, pero serán efímeros y pasajeros por faltar el elemento esencial de la espiritualidad cristiana—el amor al prójimo.

Las lecturas para el Sexto Domingo de Pascua (Domingo de Rogativas) 2018 son Hechos 10:44-48; Salmo 98; 1 San Juan 5:1-6; San Juan 15:9-17.

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