Uno de los dos que oyeron
a Juan y siguieron a Jesús, era Andrés, hermano de Simón Pedro. Al
primero que Andrés se encontró fue a su hermano Simón, y le
dijo: Hemos encontrado al Mesías, que significa: Cristo. Luego Andrés
llevó a Simón a donde estaba Jesús; cuando Jesús lo vio, le
dijo:—Tú eres Simón, hijo de Juan, pero
tu nombre será Cefas, que significa: Pedro. (Juan 1:40-42)

Para
mí guardar la memoria de San Andrés me recuerda de mi propia
necesidad de compartir lo que Cristo ha hecho por mí y de anunciar
lo que él ofrece a todos: Su gracia y amor.
En
tiempos de controversia y pleito es importantísimo que los
cristianos mantengamos lo positivo del amor de Dios delante de
nuestros ojos y que compartamos nuestro testimonio de cómo la gracia
está transformando nuestras vidas. Podemos hablar del perdón, del
consuelo que Dios nos ha dado, de las sanaciones y de todas cosas
que salieron mejor de lo esperábamos o merecíamos.
Este
testimonio honesto es liberador tanto para el que lo comparte como
para el que lo escucha. Nos ayuda a evitar las máscaras falsas y da la
esperanza de que nadie está demasiado lejos para recibir la gracia
de Cristo que tanto nos ama.
Hoy seamos todos misioneros y pregonemos: ¡Hemos encontrado al Mesías!