Aunque existía con el mismo ser de Dios, no se aferró a su igualdad con él, 7 sino que renunció a lo que era suyo y tomó naturaleza de siervo. Haciéndose como todos los hombres y presentándose como un hombre cualquiera, 8 se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, hasta la muerte en la cruz. (Filipenses 2:5-8)
La Crucifixión por Giotto |
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