¿Seguimos pecando
para que la gracia abunde? ¡Claro que no! (Romanos 6:1b-2a)
¿Son la paz con
Dios y la reconciliación por medio de Cristo motivos para vivir como
enemigos del Señor? La repuesta sencilla es “No”. Sin embargo, muchísimas veces es lo que
hacemos al seguir con las mismas actitudes y los mismos comportamientos que nos habían alejado de
Dios, es decir que seguimos pecando, seguimos viviendo como si Dios fuera
nuestro enemigo y sin razón. Cristo nos liberó del poder del pecado con su
muerte y nosotros estamos unidos con él a través del bautismo que nos hace
partícipes de su victoria. Por tanto, ya no tenemos excusa para vivir como sus enemigos,
pues somos miembros de su cuerpo. Lo que sí Cristo nos llama a hacer es
responder a su gracia con amarlo sobre todo, incluso sobre los amores
legítimos, y a seguirlo a diario aunque el camino sea largo y difícil.
Las Lecturas para el Tercer
Domingo después de Pentecostés son
Jeremías 20:7-13; Salmo 69:8-11(12-17)18-20; Romanos 6:1b-11; San Mateo
24:39.
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