Ésta es la Semana de Oración por la Unidad Cristiana (se extiende desde
la Confesión de San Pedro hasta la Conversión de San Pablo) y es un período en
que los creyentes en el Señor Jesucristo unimos nuestras súplicas a la oración
de Cristo “que todos sean uno”. Oramos para
que con la gracia del Padre celestial el Señor nos recoja a todos en un solo
rebaño con el fin de que demos testimonio a todo el universo que hay tan sólo un
Dios y Señor que se ha revelado en el Jesús de Nazaret y actúa a través de su Espíritu Santo.
En el Nuevo Testamento a veces
vemos la unidad de los cristianos como algo ya establecido y a veces como algo todavía no completo. Esta
unidad se describe de varias maneras: sarmientos de una vid en crecimiento,
piedras de un edificio, partes de un cuerpo y ovejas de un rebaño. Lo tenemos que recordar es que la unidad de
los fieles no es fruto de labor humana sino el don que va creciendo día a día por la gracia de Dios.
Oración por la Unidad Cristiana
Padre omnipotente, cuyo bendito Hijo, antes de su
pasión, oró por sus discípulos, para que fueran uno,
como tú y él son uno: Concede que tu Iglesia, congregada
en amor y obediencia a ti, sea unida en un solo cuerpo
por un solo Espíritu, a fin de que el mundo crea en quien
tú has enviado, tu Hijo Jesucristo nuestro Señor; que vive
y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, un solo
Dios, ahora y por siempre. Amén.
No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su
palabra, creerán en mí,
para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos
también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Juan 17:20-21
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