--Estás loco, Pablo. Los muchos libros te han vuelto
loco. (Hechos 26:24)
San Agustín por Philippe de Champaigne, ca.1645 |
Al leer este
pasaje esta mañana, me sentí aludido. Sentí que Festo me estaba hablando aunque no
sé si puedo responder como el apóstol-- No
estoy loco, ilustre Festo, sino digo palabras verdaderas y sensatas.
Mis alumnos tendrán
que decirlo por mí, pues últimamente paso revisando libros de referencia bíblica
y teológica, tratando de preparar los materiales de estudio para las clases de
formación de líderes laicos de nuestra diócesis. Estamos estudiando el
Nuevo Testamento en su contexto histórico. A veces los temas—como quién copió
información de quién— parecen estar muy lejos del crecimiento espiritual que
todos anhelan. Otras veces nos confronta con la pregunta clave ¿Quién decís que soy yo? que nos penetra
el corazón.
Lo cierto es que Dios
nos ha llamado a practicar el discipulado intelectual, mandándonos a usar nuestras mentes para crecer y para
glorificarle en el proceso de aprender. Además, con el estudio—aparte del riesgo
que menciona Festo—cumplimos con el lema de San Agustín de Hipona, “Credo ut intellegam, intellego ut credam.” Creo para entender,
entiendo para creer.
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