“Dos hombres
fueron al Templo a la hora de oración…” (Lucas 18:10)
El Señor Jesús enseñó que creerse justo no vale nada delante de Dios sino que el reconocimiento de nuestra necesidad total de su gracia es necesario. Por tanto, nuestras buenas obras no nos ganan el favor de Dios. Las buenas obras son el fruto del corazón arrepentido y agradecido al Señor.
Las lecturas fueron Joel 2:23-32; Salmo 65; 2 Timoteo 4:6-8,16-18; San Lucas 18:9-14.
No hay comentarios:
Publicar un comentario