Hace unos días
recibí un mensaje de un lector muy amable solicitando que le indicara a cuáles
autores y cuáles documentos recurrir para profundizar su comprensión de la eclesiología
anglicana. Este post es mi
respuesta muy limitada a su pregunta.
En parte quiero decir que no existe una eclesiología anglicana como
tal. A diferencia de la Iglesia católica
romana no tenemos ningún tratado oficial como la Constitución Dogmática sobre
la Iglesia “Lumen gentium” que forma parte de los documentos del Segundo Concilio del Vaticano. Tampoco tenemos un teólogo oficial del calibre de
Lutero o Calvino que haya marcado un lineamiento claro sobre el asunto. Por
eso, se puede encontrar mucha variedad de ideas eclesiológicas en los teólogos de nuestra
Iglesia.
Quizá la obra de
eclesiología más conocida y leída actualmente es el libro El Evangelio y la Iglesia Católica escrito por Michael Ramsey,
hombre que llegó a ser Arzobispo de Canterbury. Ramsey indica que todos los
principales grupos cristianos gozan de dones espirituales que contribuyen al
bienestar de la Iglesia universal (“católica”) de Cristo. Ningún grupo por sí solo es la Iglesia de Cristo. Sólo juntos a la Comunión de los Santos realmente son estos grupos la Iglesia. Por
un lado, esta postura reconoce a los miembros de otros grupos cristianos como hermanos en el
Señor, pero por otro no aclara de todo cómo podemos distinguir la Iglesia de
Cristo de grupos pseudo-cristianos.
El Artículo XIX “De la Iglesia” enseña que:
La Iglesia visible de Cristo es una congregación
de hombres fieles, en donde se predica la pura Palabra de Dios, y se
administran debidamente los sacramentos conformes a la institución de Cristo,
en todas las cosas que por necesidad se requieren para los mismos…
El artículo
parece dar la pauta para una eclesiología basada en dos factores, la
predicación de la Palabra y la vida sacramental. No menciona en ningún momento
la organización interna de la Iglesia. Aunque es cierto que otros artículos
responden un poco a las preguntas sobre el ministerio y la autoridad de la
Iglesia, no expresan nada más allá de la constitución y estructura de la
Iglesia visible. Por tanto, el paralelo moderno más cercano es la “eclesiología
de Comunión” elaborada por el católico romano Joseph Ratzinger.
Ratzinger enseña
que la totalidad de la Iglesia universal se hace presente en cada celebración
(debidamente realizada) de la Santa Eucaristía en la iglesia local. Los
cristianos reunidos con su pastor (el obispo o su delegado el presbítero)
experimentan plena comunión (koinonía)
con Cristo y con la Iglesia universal al proclamar el Evangelio y participar en
el Sacramento del Cuerpo y la Sangre del Señor. En esto la cantidad de las
personas no hace diferencia porque la Palabra divina y el Sacramento de la
Eucaristía son los factores constituyentes de la Iglesia católica. Esta noción recupera algo del sentido paulino de la Iglesia como el Cuerpo de Cristo que experimenta la unión de sus miembros.
Debo agregar que el
Rvdo. Dr. Paul Avis, experto inglés sobre la eclesiología, ha publicado varios
libros y artículos sobre la eclesiología anglicana que vienen altamente
recomendados pero que todavía no he leído.
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