Como padre no
puedo estar más orgulloso de mi hija. Tengo muchas razones de estarlo--Es buena
niña, estudia, logra buenas calificaciones, se porta bien, es muy lista y siempre me está
contando los datos “interesantes” que descubre. Además es bibliófila. De sus padres heredó la afición
por los libros. Lee de día y de noche—Incluso escribe un blog sobre los libros
que va leyendo (y son muchos). Esta semana
sus maestros le notificaron que representará a su escuela en “La Batalla de los
Libros”. Require mucha preparación. Tiene que acordarse de detalles precisos de un listado grande de
textos seleccionados y hacerlo bajo presión de tiempo.
Veremos qué tal en la competencia, pues será dura, pero hoy se me hincha
el corazón por mi guerrera de los libros.
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