Hoy es el Día de
San Valentín, obispo y mártir. En algunos países, la gente habla del “Día del Amor y la Amistad”. También en los EEUU casi a
todos se nos olvida lo del santo y se hace más una ocasión para los niños
de escuela y los novios con tintes románticos.
Comida típica del 14 de febrero |
De cierto modo es
una lástima. Aunque no tengo nada en contra de los niños o los novios que
quieren expresar su cariño (que es buena
cosa), me parece que a los cristianos se nos ha perdido una oportunidad muy
grande para dar testimonio del amor verdadero, el amor que Dios da a todos. Deberíamos acordarnos más de amar a todos con el amor con que hemos sido amados, pues así Cristo nos manda cuando dice: "Ámense unos a otros como yo les he amado."
Los grandes
maestros cristianos (con pocas excepciones) afirman que los amores naturales
como el cariño que tenemos hacia una mascota, la amistad sincera con los amigos, el
amor entre padres e hijos y el amor entre marido y mujer son signos que indican
hacia el amor más puro que es el amor con que Dios nos ama en Jesucristo. Por tanto los amores naturales son buenos,
pues reflejan a Dios y son de su creación. Como todo en la vida humana los
amores naturales pueden distorsionarse y corromperse, pero en sí no son malos.
(Si les interesa leer más sobre el tema, pueden ver Los Cuatro Amores por C.S. Lewis o
Deus Caritas Est por Benedicto XVI.)
Por eso pienso
que es importante que recuperemos a San Valentín. A pesar de que no tenemos claridad sobre los detalles de su vida, la historia del mártir es edificante. Primero,
sabemos que era un pastor sincero de cristianos durante la época de persecución
y que murió por su fe en Jesucristo.
Segundo, la leyenda nos cuenta de manera creíble que Valentín realizaba los
matrimonios de creyentes cuyos padres paganos se oponían a su amor y su enlace. También nos
cuenta que escribía cartas desde la cárcel para animar a los fieles cuando se
quedaban sin pastor. (Pues, éste es el
origen de las famosas tarjetas con corazoncitos en el 14 de febrero.) Se puede
decir que San Valentín vivió y murió por el amor de Dios para todos y que merece
ser celebrado con nuestra imitación.
En este día de San Valentín, acordémonos del santo, acordémonos
del amor de Dios que le motivó a enviar a su Hijo para salvarnos, y acordémonos de compartir este amor con todos los que están alrededor de nosotros.
Queridos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de
Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. (1 Juan 4:7)
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