"Lo mismo ustedes: estén vigilantes, porque no saben cuándo regresará el dueño de casa, si al atardecer, a medianoche, al canto del gallo o de madrugada; no sea que llegue de repente y los encuentre dormidos. Lo que les digo a ustedes se lo digo a todos: Estén despiertos."--San Marcos 13:35-37
Hoy empieza el Adviento, el tiempo en que los cristianos nos preparamos para la Navidad. En los lugares donde se observa esta tradición, hoy se enciende la primera vela de la corona. Aunque se han dado varias explicaciones de su significado, las velas representan a cada domingo de la estación y su luz crece a la medida a que crece nuestra esperanza en Jesucristo hasta llegar a la Navidad.
Me gusta el Adviento en general porque todavía se mantiene algo de su pureza sin tanto comercio. Particularmente me gustan los antiguos himnos y las oraciones que tienen siglos de existir, pues marcan muy bien el recogimiento espiritual y acreciente gozo que todos deberíamos buscar antes de celebrar el nacimiento del Señor.
En nuestra casa siempre cantamos el himno que Charles Wesley escribió para el Adviento:
Ven, Jesús muy esperado,
Ven y quita de tu grey
Sus temores y pecados,
Pues, tú eres nuestro rey.
Eres fuerza y alegría,
De la tierra y de Israel
Y Esperanza para aquellos,
Que te esperan con gran fe.
Naces para bien de todos,
Aunque niño, eres Dios;
Naces para hacernos buenos;
¡Oh, Jesús, ven pronto a nos!
Con tu Espírtu divino,
Reina en todo corazón,
Y tu gracia nos conduzca
A tu trono de esplendor.
Que el Señor conceda a todos la gracia de vivir un Adviento lleno de paz, esperanza y gozo.
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