jueves, 22 de diciembre de 2022

"The Reason for the Season"

Durante esta época del año, en que todo el mundo parece estar sumergido en el ajetreo de “las fiestas” pre-, post- y pseudo- navideñas, es facilísimo perder el significado auténtico de la Navidad, de la Natividad de nuestro Señor Jesucristo. ¿Quién no se distrae, aunque sea por algunos momentos, por el estrés de la decoración y los regalos y los demás compromisos familiares y sociales?


No debería sorprendernos, entonces, que cada año uno puede encontrar rótulos y anuncios que dicen Jesus is the Reason for the Season [“Jesús es la razón de la estación”]. Normalmente, tales anuncios se presentan con una estética que no me agrada mucho, pero sí tienen su valor.  Necesitamos que alguien nos recuerde que el motivo de la Navidad es Cristo: su nacimiento y la salvación que nos extiende. Ni los adornos, ni las fiestas, ni los regalos (quienquiera que los traiga) deben usurpar el lugar del Salvador en estas fechas.

Esta mañana experimenté un recordatorio muy parecido al leer una sección del profeta Isaías. Por siglos la Iglesia nos ha propuesto leer de ese profeta durante el Adviento, la Navidad y la Epifanía. Usualmente las lecturas pre-navideñas describen las profecías de la Concepción virginal, el reinado del Mesías como Príncipe de Paz, pero hoy me encontré con el Cántico del Siervo Sufriente (Isaías 52:13—53:12).

El texto es impresionante cuando uno no lo espera. Nos recuerda por qué el Hijo de Dios se encarnó y por qué necesitamos su ayuda--

 Todos nosotros nos perdimos como ovejas, siguiendo cada uno su propio camino, pero el Señor cargó sobre él la maldad de todos nosotros. (53:6)

También--

Y sin embargo él estaba cargado con nuestros sufrimientos, estaba soportando nuestros propios dolores. Nosotros pensamos que Dios lo había herido, que lo había castigado y humillado. Pero fue traspasado a causa de nuestra rebeldía, fue atormentado a causa de nuestras maldades; el castigo que sufrió nos trajo la paz, por sus heridas alcanzamos la salud. (53:4-5)

--Y--

Después de tanta aflicción verá la luz, y quedará satisfecho al saberlo; el justo siervo del Señor liberará a muchos, pues cargará con la maldad de ellos. (53:11)

En Navidad celebramos que el Salvador del mundo vino para liberarnos de nuestra maldad, para sanar nuestras heridas y para reconciliarnos con el Padre a través de su muerte y resurrección.

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