lunes, 4 de febrero de 2013

Para Muestra, Un Botón

La vida del cura es como la vida de cualquiera otra persona. (Mi esposa siempre me recuerda que los curas somos hombres comunes) Como en la vida de todos, hay momentos tristes y  momentos alegres. En un lapso corto se  experimenta tanto la alegría como tristeza, se regocija y se cansa. Durante el fin de semana experimenté dos momentos que pueden ser una ventana a la vida de los sacerdotes. Pues, para muestra, un botón...
 
El viernes murió el esposo de una feligrés. Me llamaron cuando estaba en sus últimos momentos, traté de ir lo más pronto posible, pero cuando llegué ya  había pasado a la otra vida. Pude orar con la familia y acompañarla en el hospital un rato. Debo decir que siempre es un privilegio confortar a una familia en  tiempos difíciles, especialmente en  momentos de duelo.
 
Por otro lado, el domingo experimenté algo inspirador para cualquier pastor. Durante la clase de confirmación, cuando todos se veían aburridos y cansandos--quizás más listos que nada para ver el famoso SuperBowl--recibí el siguiente comentario--"Nunca quise confirmarme. No lo deseaba, pero cuando llegué a esta iglesia y escuché las homilías decidí buscar más las cosas de Dios..." Para mí es muestra de que Dios actúa a través del ministerio parroquial. Significa que lo de día a día y semana a semana vale la pena y por eso doy gracias a Dios.

Lo que tengáis que hacer hacedlo de corazón, como sirviendo al Señor y no a hombres, convencidos de que del Señor recibiréis como recompensa la herencia. Servid, pues, al Señor, el Mesías. (Colosenses 3:23-24) 



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