miércoles, 24 de enero de 2018

Reflexión Bíblica para la Tercera Semana después de Epifanía (2018)


Las lecturas de esta semana nos hablan de cambios vitales. El texto de Jonás nos brinda un ejemplo que seguir, pero curiosamente no es el ejemplo del profeta sino el ejemplo del rey y pueblo de Nínive. Este pueblo oyó la predicación y se arrepintió de sus crimines colectivos e individuales. (Quizá en eso presagia la parábola del Buen Samaritano.) En el evangelio igualmente Jesús predica sobre el cambio con el anuncio de la conversión y el arrepentimiento. Nos llama a creer y a cambiar nuestra perspectiva (¡metanoeite kai pisteuete!), así prometiendo hacer un cambio en nuestras vidas—Yo les haré pescadores de hombres.

Mosaico de San Pablo, Roma
Sólo así con entender el arrepentimiento como un cambio radical de perspectiva podemos lograr comprender lo que escribe San Pablo en su primera epístola a los Corintios: Que los casados vivan como si no lo fueran y los que están de luto como si estuvieran de fiesta y los que están de fiesta como si estuvieran de luto. La verdad es que, tomado de manera aislada, este pasaje parece una locura; sin embargo, entendido en el contexto de su expectativa de la pronta llegada de Cristo, podemos ver que el Apóstol quiso enfatizar que la presencia de Cristo en  nuestros corazones cambia nuestra manera de ver la vida en su totalidad.    
Las lecturas para el Tercer Domingo después de Epifanía (2018) son Jonás 3:1-5,10; Salmo 62:6-14; 1 Corintios 7:29-31; San Marcos 1:14-20.

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