martes, 28 de marzo de 2017

Reflexión Bíblica para la Cuarta Semana en Cuaresma

El Pelícano, imagen de Cristo
que nos alimenta con su propria vida.
El Cuarto Domingo en Cuaresma se conoce por varios nombres adicionales como el domingo refrescante y el domingo rosado e incluso, según la costumbre inglesa, el domingo maternal. En siglos pasados las lecturas siempre incluían la historia de la alimentación de los cuatro mil en San Juan 6 cuando el Señor "resfrescó" a la gente dándole de comer. Este año leíamos acerca del hombre nacido ciego en San Juan 9. El énfasis cae sobre el dicho del Señor Jesús: Yo soy la luz del mundo. El poder ver esta luz no depende de los ojos físicos sino de la disposición del corazón preparado por la gracia de Dios. Por eso el hombre sin vista pudo contemplar lo que los con ojos sanos no pudieron ver ni entender.  
Las Lecturas para el Cuarto Domingo en Cuaresma son 1 Samuel 16:1-13; Salmo 23; Efesios 5:8-14; San Juan 9:1-41.
 
 
(Si le gustan las reflexiones del blog, por favor, compártanlas.)

martes, 21 de marzo de 2017

Reflexión Bíblica para la Tercera Semana en Cuaresma


Por eso siendo justificados por fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo (Romanos 5:1).

Todos queremos tener paz en nuestras vidas.  Buscamos la paz y el bienestar a través del empleo, del dinero y de las diversiones de todo tipo. Sin embargo lo único que nos puede proveer la paz es la fe en Jesucristo.  Cristo obtuvo paz por nosotros en la cruz mientras todavía éramos  sus enemigos y nos reconcilió consigo mismo por el amor que nos tiene.  Nadie más ha hecho eso por la humanidad y por eso cualquier otro ofrecimiento de la paz es una estafa, una mentira o un autoengaño.    

Como le dijo el Señor Jesús a la samaritana, si sólo nos diéramos cuenta de lo que Dios quiere darnos, le pediríamos que nos diera esa paz tan deseada y tan necesaria (S. Juan 4:10). Nadie más es capaz de darnos la paz genuina, pues sólo Cristo, siendo el único Salvador, nos ofrece verdadero consuelo para nuestras almas.


Las lecturas para el Tercer Domingo en Cuaresma so Éxodo 17:1-7; Salmo 95; Romanos 5:1-11; San Juan 4:5-42.   

viernes, 17 de marzo de 2017

Kiss me, I’m Irish! (¡Bésame, soy irlandés!)

Kiss me, I’m Irish! (¡Bésame, soy irlandés!)
Así dicen las camisetas del Día de San Patricio que reflejan un fenómeno más gringo que irlandés, el de cubrir todo de verde y con imágenes de duendes pelirrojos y tréboles. Hemos robado el santo de los irlandeses para nuestro deleite. Aunque todos sabemos que San Patricio es el “Apóstol a Irlanda,” la verdad es que para el norteamericano su festividad significa el principio de la primavera y una excusa para tomar cerveza verde.
Patricio, expulsando las culebras
Lo que muchos no saben es que  nuestro santo no era irlandés. ¡Piratas irlandeses lo robaron de los campos tranquilos de lo que hoy es Inglaterra! Lo secuestraron y al joven británico cristiano, hijo de diácono y nieto de sacerdote, lo vendieron para que trabajara como esclavo en tierra extraña. Eventualmente, el muchacho se escapó y logró volver a su tierra natal con el deseo de nunca más ver un a ningún irlandés.
El problema es que Dios tuvo otros planes para Patricio. Primero, se ordenó clérigo como su padre y su abuelo. Después se comisionó misionero de la iglesia británica. (Esos cristianos británicos todavía mantenían sus propias costumbres religiosas y litúrgicas). Luego,  el Señor le pidió que regresara al lugar de su esclavitud para evangelizar aquellos paganos pelirrojos.
Asimismo hizo Patricio, ya obispo y predicador de la Palabra Divina. Obedeció al Señor. Regresó a Irlanda. Convenció a los paganos a abandonar  sus brujos y sus ídolos para abrazar al único Dios verdadero, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Alzó la luz de Cristo donde antes reinaban las tinieblas. De su obra pastoral hoy hay memoria en la forma de leyendas como la de expulsar todas las culebras de la isla y costumbres como la de usar el trébol para acordarnos de la Trinidad y las fiestas que nos ofrecen un descanso en medio de la abstinencia cuaresmal.  
Del origen de los besos no sé nada, pero está bien. Hoy todos somos irlandeses—tan irlandeses como lo fue San Patricio.  
Datos interesantes: La cátedra San Patricio se ubica en la catedral anglicana de Armagh en Irlanda del Norte y su tumba se encuentra en el predio de la catedral anglicana de Down en la República de Irlanda.
 [Una versión de este post fue publicado en "El Cura de Dos Mundos" el 16/03/2015]

miércoles, 15 de marzo de 2017

Reflexión Bíblica para la Segunda Semana en Cuaresma

De cierto, de cierto, te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede entrar en el reino de Dios. (S. Juan 3:3).
Cristo enseñó que todos debemos nacer de nuevo para entrar en el reino de Dios, y explicó que es necesario nacer del agua y del Espíritu. Desde la antigüedad los cristianos hemos leído este pasaje como un discurso sobre el sacramento de Bautismo. Algo que no deberíamos perder de vista es que, igual como no elegimos entrar al mundo por el vientre de nuestras madres sino que recibimos el nacimiento físico como un regalo, el nacimiento nuevo por el Espíritu Santo es un regalo de Dios Padre, del cual podemos servir de vehículos y partícipes pero que no podemos controlar. El Espíritu (como el viento) se mueve adonde quiere (véase Jn.3:8). Nacemos de nuevo cuando el Espíritu toque nuestros corazones y confiemos en el Dios y Padre del Señor Jesucristo.

 
Las Lecturas para el Segundo Domingo en Cuaresma son Génesis 12:1-4ª; Salmo 121; Romanos 4:1-5, 13-17; San Juan 3:1-17.  

martes, 7 de marzo de 2017

Reflexión Bíblica para la Primera Semana en Cuaresma


Al Primer Domingo en Cuaresma a veces se le dice “Domingo de Tentación” porque siempre leemos alguno de los relatos acerca de la tentación de nuestro Señor Jesucristo. Muchos comentarios se han escrito sobre las varias tentaciones y los respectivos pasajes bíblicos, sin embargo, todos los comentaristas se ven obligados a aterrizar sobre un solo punto: Cristo hizo lo que ningún ser humano había logrado al vencer la tentación con la perfecta obediencia al Padre. Tampoco los cuarenta días y cuarenta noches fueron la única ocasión para enfrentar la tentación. Habrán sido muchas ocasiones, pues dicen las Escrituras que fue tentado en todo como nosotros, y por lo tanto conoce nuestras circunstancias y situaciones de vida. Así siendo de los nuestros, Cristo sabe lo que necesitamos y siendo fiel al Padre, se presenta ante trono celestial a interceder efectivamente a favor de nosotros.



Las lecturas para el Primer Domingo en Cuaresma son Génesis 2:15-17, 3:1-7; Salmo 32; Romanos 5:12-19; San Mateo 4:1-11.  

miércoles, 1 de marzo de 2017

Miércoles de Ceniza

Hoy empieza la Cuaresma con el Miércoles de Ceniza que es un día particular en que se realiza la imposición de cenizas en señal del arrepentimiento por el pecado. Para los anglicanos es uno de los dos días establecidos como días de ayuno en el Libro de Oración Común. (El otro es el Viernes Santo.)
A veces se pregunta sobre qué es el ayuno. Normalmente, ayunar sencillamente es no comer desde el amanecer hasta acostarse para dormir. Para los que estamos acostumbrados a comer demasiado se vuelve una tarea un poco difícil y se recomienda mucha agua. En algunas comunidades cristianas el ayuno se limita a ciertas horas del día (por ejemplo entre las nueve de la mañana hasta las tres de la tarde en honor a las horas en que Cristo padeció en la Cruz.) En otras, pues sugieren sólo el comer poco y limitarse a las verduras. Tampoco se exige el ayuno de los niños, los enfermos, o los ancianos. También los cristianos chinos están exentos del ayuno cuando la fecha del Miércoles de Ceniza se concuerda con la del Nuevo Año Chino, como el año antepasado. 
Como es de esperarse, las lecturas bíblicas de hoy dan instrucciones para el ayuno que agrada a Dios. El profeta Isaías (58) anuncia que el Señor desea que ayunemos de la injustica más que de cualquier otra cosa y que dejemos de oprimir y de engañar a los demás.  Jesucristo (Mateo 6)  enseña que ayunar para que nos sentamos bien o para que la gente nos diga lo bueno que somos tampoco sirve. Note que el Señor no menosprecia el ayuno; sólo exige que sea parte de una vida que busque servir a Dios y al prójimo.


Entonces clamarás, y el Señor te responderá, pedirás socorro, y dirá: «Aquí estoy.» Si apartas de ti todo yugo, no apuntas con el dedo y no hablas maldad, repartes al hambriento tu pan, y al alma afligida dejas saciada, resplandecerá en las tinieblas tu luz, y lo oscuro de ti será como mediodía. Te guiará el Señor de continuo, hartará en los sequedales tu alma, dará vigor a tus huesos, y serás como huerto regado, o como manantial cuyas aguas nunca faltan. (Isaías 58:9-11)Una versión anterior de este post se publicó en "El Cura de Dos Mundos" (18/02/2015).