miércoles, 11 de mayo de 2016

Herejía-- Una recomendación


Herejía: Una historia de defender la verdad
No recomiendo a las herejías, pero es cierto que siempre llaman la atención de cualquiera que se pone a estudiar la historia del cristianismo y que la cultura popular de recientes años ha promovido a las herejías antiguas como un tema de moda.  Sólo tenemos que pensar en las novelas de Dan Brown y la popularización no-crítica de textos como los llamados “evangelios” de Judas y Tomás que no son evangelios ni en su forma ni en su contenido .

A pesar de toda la evidencia histórica, los medios nos venden la idea que la ortodoxia es algo árido que ha logrado sofocar a la creatividad y la libertad del ser humano, y se ha creado una clase de historia alternativa del cristianismo en que antiguas versiones de los corrientes intelectuales de hoy fueron eliminadas por bastiones de poder y conveniencias políticas. Es claro al estudiante serio que esta “historia alternativa” es puro invento de los que por algún motivo u otro rechazan a la fe cristiana.

Se me ha ocurrido en varios momentos escribir sobre las herejías, de cómo se desarrollaron y porqué son tan peligrosas. Quizá lo haré algún día. Mientras tanto al lector quiero recomendarle un libro excelente escrito por Alister McGrath, un intelectual del Norte de Irlanda y presbítero de la Iglesia de Inglaterra.  El libro es Heresy: A History of Defending the Truth (Herejía: Una historia de defender la verdad). McGrath reexamina el origen de las herejías y rechaza algunas hipótesis comunes.

En primer lugar Heresy desmitifica la noción moderna que las herejías antiguas fueron grandes ejemplos del progresismo que cayeron a la fuerza de una Iglesia poderosa y conservadora.  Los estudios históricos más objetivos de recientes años han mostrado que muchas de las herejías antiguas fueron más rigoristas en su disciplina y más conservadoras que los cristianos ortodoxos de sus épocas.  (Podemos citar a los montanistas, los donatistas y los arrianos para dar buenos ejemplos.) De hecho fueron los ortodoxos los que insistieron siempre en extender la gracia de Dios y el perdón a todos y  la mayoría de las herejías se idearon cuando no había autoridad centralizada entre los cristianos y cuando aún no poseían poder politico.

Segundo, McGrath trata de cambiar nuestra idea de cómo surgieron las herejías.  Según él las herejías empiezan como exploraciones intelectuales de nuestra fe.  Tal exploración es necesaria para mantener una fe viva y relevante y por tanto no debemos condenar a los que interactuar con la fe en el campo intelectual o que nos proponen nuevos formularios y expresiones de ella. 

 El problema es muchas de estas rutas de exploración lógicamente no llevan a ningún lado y resultan en un empobrecimiento intelectual del cristianismo, tal como el pelagianismo y las posturas anti-trinitarias de algunos grupos en la periferia del cristianismo. No todas las ideas son buenas, no todas sirven y existe el riesgo—contra toda buena intención— de debilitar el vigor de la fe con ideas erróneas y contraproducentes.  Cualquier idea que debilita la fe o que contradice a sus fundamentos claros es una herejía y es el papel de la Iglesia como el pueblo de Dios de discernir y avisar a los fieles para que eviten caminar por estas calles sin salida. Por eso la Palabra de Dios nos exhorta a examinarlo todo y retener lo bueno (1 Tesalonicenses 5:21).

Recomiendo que todos examinen Heresy: A History of Defending the Truth porque descubrirán mucho que retener.          

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