miércoles, 24 de febrero de 2016

Teléfonos y ovejas

Teléfonos  y ovejas
Un aspecto notorio del ministerio sacerdotal es el fluctuante nivel de actividad. Por tiempos todo está tranquilo. Incluso a veces  se puede aburrir de la monotonía de las rutinas semanales. Nadie llama. Nadie visita a la iglesia durante todo un día. Todo queda silencioso. Y ¡Puf! Ya todo cambia. El teléfono suena y suena toda la mañana.  Tres, cuatro o más personas llegan a la oficina. La iglesia se convierte en una pequeña versión de Times Square y no hay tiempo para aburrirse. ¡Gracias a Dios!  Mientras tanto, todo en lo estaba pesando sigue con su percolación mental, pues tras las visitas y llamadas pienso en el tema que estoy preparando para un retiro que viene—ovejas.  
¡Buenas noticias!--Acabamos de sobrepasar 5000 visitas a "El Cura de Dos Mundos".

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