martes, 2 de febrero de 2016

La Presentación del Señor y un Canto Judío


He aquí que yo envío a mi mensajero a allanar el camino delante de mí, y enseguida vendrá a su Templo el Señor a quien vosotros buscáis; y el Angel de la alianza, que vosotros deseáis, he aquí que viene, dice Yahveh Sebaot.(Malaquías 3:1)

La Fiesta de la Presentación de Cristo en el Templo, o de la Purificación de la Virgen, es la misma fiesta de la Candelaria. Es la celebración de la luz de Dios y por tanto en la edad media (si no antes) se desarrolló la costumbre de bendecir las velas para usar en las iglesias en este día.  Este simbolismo comunica bien que Cristo es la luz verdadera que con su llegada iluminó al pueblo fiel y al mundo entero, tal como explica el anciano profeta Simeón:
Ahora despides, Señor,  a tu siervo, conforme a tu palabra en paz porque han visto mis ojos tu salvación, la cual has aparejado en presencia de todos los pueblos; luz para ser revelada a los Gentiles y la gloria de tu pueblo Israel. (San Lucas 2:29-32)
La esperanza de Simeón al recibir el Santo Niño es sus brazos fue semejante a la esperanza expresada en el himno judío para el Janucá que se llama Ma’oz Tzur Yeshu’ati, “Mi refugio, mi roca de la Salvación”. (Doy gracias al amigo que me lo mostró esta mañana.) El canto cuenta cómo Dios había liberado al pueblo fiel en varias ocasiones y cómo todavía esperaba por la salvación definitiva.

Mi refugio, mi roca de salvación, es agradable cantar tus alabanzas.
Que se restaure nuestra casa de oración y te ofrecemos gracias.
Cuando hayas destruido el enemigo ladrante,
Entonces celebraremos con cantos salmos la dedicación de tu altar.

Mi alma se llenó de miseria y se gastó mi fuerza por el dolor.
Me amargaron la vida con dificultad cuando me esclavizaron en Egipto.

Pero Dios con brazo poderoso sacó a su pueblo atesorado
Mientras el ejército del faraón se hundió  como una piedra al mar.

Oh muéstranos tu santo brazo y apresura el tiempo de nuestra salvación.
Toma venganza de la nación malvada en favor de tus siervos fieles.
Pues nuestro rescate se demora mucho y días crueles se ven interminables.
Arroja el enemigo a las sombras y levanta para nosotros los pastores prometidos.



Para nosotros los cristianos es interesante ver la manera  en que el nombre de Jesús (Yeshua) refleja muy bien su misión de redimir al mundo, pues él es nuestra luz y nuestra salvación. Cristo es el que viene a rescatar a Israel. Es Cristo el que eliminó el nombre del enemigo con su muerte en la cruz y que libera de la sombra de muerte a los que confíamos en él. Él es el pastor definitivo de su pueblo y el salvador de todas las naciones.   

OMNIPOTENTE y Eterno Dios, humildemente suplicamos a tu Majestad, que, como tu unigénito Hijo fué en un tiempo como éste presentado en el templo en la substancia de nuestra carne, así seamos presentados a ti con corazones puros y limpios; por el mismo tu Hijo Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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