miércoles, 20 de enero de 2016

Unidad Cristiana



El lunes de esta semana empezó la Semana de Oración por la Unidad Cristiana para el 2016. Siempre inicia con la festividad de la Confesión de San Pedro y termina con la fiesta de la Conversión de San Pablo.  Cristianos en todas partes se dedican a interceder por la Iglesia universal y por sus hermanos en Cristo sin importar sus términos de distinción o denominación. 

Tenemos la obligación de pedirle a Dios para que todos los seguidores de Jesucristo seamos uno porque esto es la voluntad de nuestro Señor como él nos enseña (Juan 17:20-23).  Pero éste es un caso en que creo que no basta orar solamente. Debemos actuar hacia la unidad del  Cuerpo de Cristo. Si queremos la unidad verdadera, debemos despojarnos de actitudes que nos separan de nuestros hermanos en la fe y hemos de considerar cómo nuestras acciones afectan a los demás miembros de la Iglesia Cristiana. Muchas veces proclamamos nuestra libertad en Cristo sin acordarnos que también el autodominio y la abnegación son frutos del Espíritu Santo (Gálatas 5:22-23).  La libertad existe para promover la caridad y la unidad, no para establecer nuevos legalismos y divisiones que son más heridas al Cuerpo del Señor Crucificado. El Espíritu de Dios que nos otorga la libertad es mismo que proveerá la unidad de su Iglesia (Efesios 4:1-6). 
Juntos vivamos la unidad cristiana y oremos para que el reino de Cristo venga en su plenitud.   
Por la Iglesia.
OH Padre Bondadoso, humildemente te suplicamos por tu Santa Iglesia Católica; que te dignes llenarla de toda verdad, en perfecta paz. Donde haya mancha, purifícala; donde esté en error, dirígela; y en todo extravío, refórmala. En lo que sea justa, establécela; de cuanto carezca, provéela; y cuando esté dividida, únela; por amor de Aquel que murió y resucitó, y vive siempre para interceder por nosotros, Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor. Amén.

Por la Unidad del Pueblo de Dios.OH Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, nuestro único Salvador, el Príncipe de Paz; Danos gracia para que de corazón consideremos seriamente los grandes peligros en que nos hallamos por nuestras desdichadas divisiones. Aparta de nosotros todo odio y malos juicios, y cuanto pudiere impedir una santa unión y concordia: para que así como no hay más que un Cuerpo y un Espíritu, y una Esperanza de nuestra vocación, un Señor, una Fe, un Bautismo, un Dios y Padre de todos nosotros, así seamos todos de un corazón y una alma, unidos en vínculo sagrado de verdad y paz, de fe y caridad, y con un corazón y una voz te glorifiquemos; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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