jueves, 26 de febrero de 2015

Neruda en un día de nieve

Nieve, nieve y más nieve.  Así es nuestro panorama este invierno.  Les gusta ver la nieve a mi esposa y a mi hija, como a todos los más o menos recién llegados a este país. Pero a mí nunca me ha encantado la escarcha blanca aunque, sí, hay momentos en que puedo ver por la ventana y repetir las palabras de los mancebos del libro de Daniel: “Nieves y hielos de los cielos, bendecid al Señor.” Siempre son momentos en que no tengo que salir de la casa.
Foto tomada por mi esposa
Con lo que me he quedado fascinado en estos días invernales es un poema de Pablo Neruda.  Se titula Oda al diccionario. Neruda escribió una variedad de tales odas—Oda a la cebolla, Oda al mar, Oda a las flores de la costa—hay un montón, pero el que más me gusta es Oda al diccionario. Con esta poesía Neruda se muestra maestro de las palabras, pintando con ellas cuadros de sutileza y precisión.  En ésta al lector le guía por la experiencia de quien abandona el viejo diccionario por inútil y arcaico pero que luego se enamora por sus páginas vivientes como se ve en esta selección:

Pero un día,
después de haberlo usado
y desusado,
de declararlo
inútil y anacrónico camello,
cuando por largos meses, sin protesta,
me sirvió de sillón
y de almohada,
se rebeló y plantándose
en mi puerta
creció, movió sus hojas
y sus nidos,
movió la elevación de su follaje:
árbol
era,
natural,
generoso
manzano, manzanar,  o manzanero,
y las palabras,
brillaban en su copa inagotable,
opacas o sonoras,
fecundas en la fronda del lenguaje,
cargadas de verdad y de sonido. 
 

Es buenísimo y en estos días congelados me parece que un café caliente y un buen libro al lado de la chimenea suenan bastante bien.

lunes, 23 de febrero de 2015

Cristo, San Agustín y la Tentación






Detalle de Sandro Boticelli, "La tentación de Cristo"
Este domingo me tocó predicar sobre la tentación del Señor porque es lo que leemos todos los años en el Primer Domingo en Cuaresma. Debe ser un acontecimiento bastante importante, pues tres de los evangelios nos cuentan que Cristo fue tentado en el desierto después de su bautismo. Mateo y Lucas nos dan varios detalles de cómo Satanás intentaba tentar al Señor. Pero en esta ocasión leí de Marcos y Marcos no nos dice casi nada de las tentaciones. Lo vi como una oportunidad de recalcar algo de las enseñanzas de san Agustín de Hipona: Debemos concebir la tentación del Señor de un modo global. La Carta a los Hebreos dice que Cristo fue tentado de toda manera, como nosotros, mas no pecó. Los pocos detallas de Marcos hacen enfático el mensaje—Fue tentado. No fue un espectáculo. Fue un encuentro con el mal y Jesús lo venció. En su Comentario sobre el Salmo 40 (41), Agustín nos recuerda que por el bautismo nos hacemos miembros de Cristo, nos incorporamos a él. Por tanto, cuando el Señor fue tentado, fuimos tentados con él y cuando el Señor venció a la tentación, la vencimos con él. Entender eso debería animarnos a resistir aún más a la tentación cuando se nos presenta—no porque seamos fuertes en nosotros mismos siendo débiles por nuestra constitución, sino porque Cristo está a nuestro lado para vencer con nosotros.

Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compartir el peso de nuestras debilidades, sino al contrario: tentado en todo, como semejante nuestro que es, pero sin pecado. (Hebreos 4:15)


miércoles, 18 de febrero de 2015

Miércoles de Ceniza y el Ayuno



"Recuerda que eres polvo
y que al polvo volverás."
Hoy empieza la Cuaresma con el Miércoles de Ceniza que es un día particular en que se realiza la imposición de cenizas en señal del arrepentimiento por el pecado. Para los anglicanos es uno de los dos días establecidos como días de ayuno en el Libro de Oración Común. (El otro es el Viernes Santo.)
A veces se pregunta sobre qué es el ayuno. Normalmente, ayunar sencillamente es no comer desde el amanecer hasta acostarse para dormir. Para los que estamos acostumbrados a comer demasiado se vuelve una tarea un poco difícil y se recomienda mucha agua. En algunas comunidades cristianas el ayuno se limite a ciertas horas del día (por ejemplo entre las nueve de la mañana hasta las tres de la tarde en honor a las horas en que Cristo padeció en la Cruz.) En otras, pues sugieren sólo el comer poco y limitarse a las verduras. Tampoco se exige el ayuno de los niños, los enfermos, o los ancianos. También los cristianos chinos están exentos del ayuno cuando la fecha del Miércoles de Ceniza se concuerda con la del Nuevo Año Chino, como se hace en este año. 
Como es de esperarse, las lecturas bíblicas de hoy dan instrucciones para el ayuno que agrada a Dios. El profeta Isaías (58) anuncia que el Señor desea que ayunemos de la injustica más que de cualquier otra cosa y que dejemos de oprimir y de engañar a los demás.  Jesucristo (Mateo 6)  enseña que ayunar para que nos sentamos bien o para que la gente nos diga lo bueno que somos tampoco sirve. Note que el Señor no menosprecia el ayuno; sólo exige que sea parte de una vida que busque servir a Dios y al prójimo.

Entonces clamarás, y el Señor te responderá, pedirás socorro, y dirá: «Aquí estoy.» Si apartas de ti todo yugo, no apuntas con el dedo y no hablas maldad, repartes al hambriento tu pan, y al alma afligida dejas saciada, resplandecerá en las tinieblas tu luz, y lo oscuro de ti será como mediodía. Te guiará el Señor de continuo, hartará en los sequedales tu alma, dará vigor a tus huesos, y serás como huerto regado, o como manantial cuyas aguas nunca faltan. (Isaías 58:9-11)

sábado, 14 de febrero de 2015

San Valentín y el Amor


Hoy es el Día de San Valentín, obispo y mártir.  En algunos países, la gente habla del “Día del Amor y la Amistad”. También en los EEUU casi a todos se nos olvida lo del santo y se hace más una ocasión para los niños de escuela y los novios con tintes románticos.  
Comida típica del 14 de febrero
De cierto modo es una lástima. Aunque no tengo nada en contra de los niños o los novios que quieren expresar su cariño (que es  buena cosa), me parece que a los cristianos se nos ha perdido una oportunidad muy grande para dar testimonio del amor verdadero, el amor que Dios da a todos.  Deberíamos acordarnos más de amar a todos con el amor con que hemos sido amados, pues así Cristo nos manda cuando dice: "Ámense unos a otros como yo les he amado."
Los grandes maestros cristianos (con pocas excepciones) afirman que los amores naturales como el cariño que tenemos hacia una mascota, la amistad sincera con los amigos, el amor entre padres e hijos y el amor entre marido y mujer son signos que indican hacia el amor más puro que es el amor con que Dios nos ama en Jesucristo.  Por tanto los amores naturales son buenos, pues reflejan a Dios y son de su creación. Como todo en la vida humana los amores naturales pueden distorsionarse y corromperse, pero en sí no son malos. (Si les interesa leer más sobre el tema, pueden ver Los Cuatro Amores por C.S. Lewis o Deus Caritas Est por Benedicto XVI.)
San Valentín, Obispo y Mártir
Por eso pienso que es importante que recuperemos a San Valentín.  A pesar de que no tenemos claridad sobre los detalles de su vida, la historia del mártir es edificante. Primero, sabemos que era un pastor sincero de cristianos durante la época de persecución y que murió por su fe en Jesucristo.  Segundo, la leyenda nos cuenta de manera creíble que Valentín realizaba los matrimonios de creyentes cuyos padres paganos se oponían a su amor y su enlace. También nos cuenta que escribía cartas desde la cárcel para animar a los fieles cuando se quedaban sin pastor.  (Pues, éste es el origen de las famosas tarjetas con corazoncitos en el 14 de febrero.) Se puede decir que San Valentín vivió y murió por el amor de Dios para todos y que merece ser celebrado con nuestra imitación. 
En este día de San Valentín, acordémonos del santo, acordémonos del amor de Dios que le motivó a enviar a su Hijo para salvarnos, y acordémonos de compartir este amor con todos los que están alrededor de nosotros. 

Queridos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. (1 Juan 4:7)

 

lunes, 2 de febrero de 2015

En Honor a la Presentación del Señor en el Templo




En honor a la Presentación del Señor en el Templo: La Candelaria o la Purificación de la Bendita Virgen María.  

Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor  y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor. Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor. Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él, le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:

«Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel.»

Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él. (San Lucas 2:22:33)

OMNIPOTENTE y Eterno Dios, humildemente suplicamos a tu Majestad, que, como tu unigénito Hijo fué en un tiempo como éste presentado en el templo en la substancia de nuestra carne, así seamos presentados a ti con corazones puros y limpios; por el mismo tu Hijo Jesucristo nuestro Señor. Amén.  (Libro de Oración Común, 1928)