viernes, 31 de mayo de 2013

La Visitación de María

El 31 de mayo es la conmemoración de la Visitación de la Bienaventurada Virgen María. La historia del encuentro entre María con Jesús e Isabel con Juan el Bautista está en San Lucas 1:39-56. Es un momento extraordinario y único en la historia de la humanidad. El relato nos proporciona el Cántico de María (Magnificat) y parte del Saludo Angelical (Ave Maria). Es un texto sobre el cual hay meditar, sobre el cual hay que orar mucho.

Incluyo el texto de un himno anglicano ya casi olvidado pero muy bonito:
¡Bendita eres tú entre las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús!
San Lucas 1:42

El angel glorioso
anuncia a María
Que a ella vendría
El Verbo a encarnar.
Se inclina al oírlo
Con dulce obediencia,
Con pura inocencia,
La Virgen sin par.

La llena de gracia,
La Virgen bendita,
Afable visita
A santa Isabel.
Y sirve a prima,
Cortés y gustosa,
La madre preciosa
Del Dios de Israel.

lunes, 27 de mayo de 2013

La Trinidad: Dios es Amor

Ayer fue el Domingo de la Santísima Trinidad. Es un tema del que a los predicadores les cuesta sacar provecho.  Parece demasiado filosófico y abstracto. Nada práctico. El lío se descubre cuando uno se dé cuenta de cómo nuestra idea de Dios afecta a todo. Si pienso que Dios es vengativo, quizás yo también seré vengativo. Si pienso que Dios es muy lejano y que no le interesamos los seres humanos, pues tampoco me interesará él.  Pero si entiendo que Dios por naturaleza es amor, que me hizo con su amor y desea que viva en su amor, quizás intentaré vivir con amor hacia los demás.
La doctrina de la Trinidad (que Dios es Tres y Dios es Uno) nos enseña que por naturaleza, por esencia, Dios es amor porque existe desde toda la eternidad en una relación de amor entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; y este amor es lo que ha provocado la Creación y la Redención de la humanidad y que ha sido derramado en nuestros corazones por la gracia de Dios.
Es decir que la Trinidad nos recuerda lo que San Juan dijo de forma muy sencilla—Dios es amor.
Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene, y hemos creído en él. Dios es Amor y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él. (1ra Juan 4:16)

sábado, 18 de mayo de 2013

Pentecostés: ¡Ya llegó el Espíritu Santo!


¡Ya llegó! ¡Ya llegó! ¡El Espíritu Santo ya llegó!
Pentecostés marca la llegada del Espíritu Santo como don principal de Dios a su Iglesia. Y don impresionante lo es. Al leer el recuento de los Hechos uno se da cuenta de cuanta importancia el día de Pentecostés tuvo para la naciente Iglesia apostólica. Los hombres tímidos y llenos de miedo salieron a la luz del día para proclamar las buenas nuevas y actuar en el Nombre de Jesús después de experimentar la manifestación del Espíritu Santo que Jesús había prometido.  Pedro y los demás empoderados por este Espíritu lograron cumplir la misión de compartir el mensaje cristiano en Jerusalén, Judea, Samaria y hasta los confines de la tierra.
Quizás todavía más maravilloso es que el don del Espíritu Santo permanece con la Iglesia a pesar de todos los pecados y las flaquezas de la humanidad. Todo creyente en Jesucristo puede servir a Dios y ser transformado y empoderado a vivir una vida llena de la presencia y gracia de Dios nuestro Salvador. Y todo hombre y toda mujer pueden participar en la gran misión de llevar el amor de Dios a todos los rincones de este mundo.

miércoles, 8 de mayo de 2013

¿Porqué la Ascensión?


¿Sabía usted que mañana es el Día de la Ascensión?  Pues, lo es. Quizás pregunta ¿Y qué?

Bueno... Parece que la Ascensión se pierde de vista con mucha frecuencia. Pasamos directo de la Resurrección a la Venida del Espíritu Santo sin pensar en ella.  (Que siempre caiga un día jueves tampoco ayuda.) Pero no ha sido así por los siglos de los siglos. De hecho al leer el Nuevo Testamento uno puede idear la noción que la Ascensión fue la victoria principal del Señor Jesús.  


¿Porqué? 

Primero, el ministerio terrenal de Cristo no terminó con la Resurrección. Se quedó con los Apóstoles  cuarenta días capacitándoles y enseñándoles el sentido de las Sagradas Escrituras: San Lucas 24:36-48; Hechos 1:3.    

Segundo, toda victoria se declara y se oficializa con la coronación. Precisamente, la Ascensión es la coronación del Señor como victorioso sobre los poderes del mal: Hechos 2:33-35; Efesios 1:20-23; 4:8. 

Tercero, completa el ciclo de la encarnación. Al hacerse hombre, el Señor Jesucristo tomó nuestra naturaleza humana, llevando consigo su naturaleza divina. En la Ascensión, el Señor lleva la naturaleza humana al cielo. Cristo recibe de nuevo el honor y gloria de dejó cuando se humilló por nuestra causa: Efesios 4:9-10.

Hay que agradecerle a Dios que envió a Jesucristo para nuestra salvación y que lo coronó con gloria y triunfo.